jueves, 1 de mayo de 2025

Conexiones

Dicen que el amor y la política no deben mezclarse, que habitan compartimentos estancos, pero creo que se equivocan. Hoy amar es de lo más político que hay porque el amor es revolucionario y estamos en tiempos de revolución. Y ocurre como con las guerras, ya no son mundiales aunque ocurran en cualquier parte, las revoluciones son, casi casi, individuales. Al capitalismo se le vence amando. En esas pequeñas luchas diarias contra quienes pretenden transformarlo todo en mercado, en producción, en utilidad, hasta el arte, aparece el amor para zarandearlo todo. Amor propio para empezar. Amor por la lucha de clases porque, aunque nos cuentan que ya no se lleva, que pasó a la historia, nos engañan desde una clase que no es la nuestra. Usando artimañas infiltradas en corrientes ideológicas, en programas televisivos aparentemente inofensivos pero que son bombas de relojería que se construyen cada día en el interior de los telespectadores, en sus cabezas abotargadas por pequeños placeres, por entretenimiento y por informaciones constantes que juegan al despiste, informaciones que hacen del más idiota el rey o el presidente y ríase la gente. Pues ande yo caliente y que se muera el resto, y si no te gusta yo te miento. Así es el sistema, te dice lo que quieres oír porque primero te educó para querer lo que te diría después. Pero llega el amor y todo lo cambia. Lanzas la tele por la ventana, te manifiestas, luchas porque tu clase no sea aplastada, amas tu vida, amas tu lucha, amas hasta en la ducha y entonces te percatas que el amor es el motor de la revolución que lo cambiará todo. ¿Hay algo más político que el amor?

No hay comentarios: