Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 23 de junio de 2013
Pasiva rebeldía
Ecologistas de postín llenan de cháchara los bares, y de porros, plazas y parques. Todo su verde en humo se convierte o con la lluvia se pierde. Chillan por la red eslóganes rebeldes de no más de ciento y pico caracteres, desde una silla, desde un sillón, desde una cama, repantingados, con el televisor enchufado, gritando gol o viva el rocanrol. Tiene la solución para todo, pero, curiosamente, tienen también muchos problemas que suelen resumirse en uno: pasta. Se dan a entender a través de su incomprensión; ni yo mismo sé qué significa esto, pero a ellos les funciona. Se trata, tal vez, de una política sumergida. Las drogas les dan chispa a lo que ellos entienden como vena artística. La mayoría se engancha sin saberlo, aunque siempre hay algún imbécil con suerte que se forra y, nadie sabe por qué, usan la excepción como principal regla. Les gustaría cambiar el mundo, o eso dicen, les gustaría cambiar a los dirigentes políticos que gobiernan nuestras vidas, pero cuando llega el día de votar se hacen los locos o enferman. Rebeldía pasiva del día a día, revolución interna que nos condena, consignas gubernamentales que nos amuerman, televisiones que nos dirigen y, a la vez, nos hacen libres. Estanterías llenas de polvo, polvo relleno de libros, libros que nunca fueron abiertos, sabiduría perdida, rebeldía pasiva del día a día. Pensamiento rebelde inoculado a través de la publicidad, moral de centro comercial, ética construida con moda, rap y refresco de cola. Poesía urbana que no es recitada, ni cantada, ni siquiera hablada. Cine y literatura construido con teléfono móvil. Películas de diez minutos, teatro de quince, novelas de veinte páginas que cuesta casi una hora leerlas. Todo es una miniatura en este mundo moderno, todo se hace más pequeño, hasta lo eterno que nace de día, la noche lo difumina. Y si hay alguien que se da cuenta de algo y percibe que el mundo es una mierda, por lo menos, piensa, es una mierda pequeña. Harto de la pasiva rebeldía, hoy voy a cambiar el juego, hoy voy a mover un dedo.
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