
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
martes, 17 de junio de 2014
Felicidad cotidiana
La felicidad está a nuestro alcance en todo momento y todos los días. Cuando escucho música presto atención a la melodía, llevo el ritmo, mi cuerpo, a través de sutiles movimientos, conversa con la música, mi danza dialoga con lo que escucho y mi cerebro se siente estimulado. A mi lado, mi perro me observa y, a su manera, sonríe y disfruta de mi momento de felicidad cotidiana. Cuando estoy en la cocina preparando la comida, presto toda mi atención a los ingredientes y también a las formas de cortar, de calentar, de preparar, de presentar el alimento. Me dejo embelesar por los olores y sabores y, con una pizca de amor como ingrediente esencial que antaño fue secreto bien guardado, hago de la comida un ratito de alegría. Después como con calma y disfruto comiendo casi más que preparando. Cuando hablo con mis amigos, ya sea de viva voz o tecleando, busco las palabras idóneas para un ratito de gloria. Y pasito a pasito, trozo a trozo, poco a poco, la aburrida cotidianidad se llena de felicidad.
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