jueves, 3 de marzo de 2016

La rutina

La rutina de no tenerte no va a conseguir que deje de quererte. Me alimento de paciencia ilimitada, sumergido todo el día en ensoñaciones deliciosas, degusto los caprichos de estas hadas del letargo que atosigan con costumbres repetidas y hacen que pase solitario por la vida adormecido por las fantasías donde tú, mi amor, habitas. La rutina de pensarte es a la vez parecida y diferente; es fría por la soledad real pero cálida por mi sentimiento ardiente; es un pensarte líquido que se solidifica en mi vientre, un tocarte constante sin tenerte, un amarte continuo, un amante exigente, un amor en la distancia que me hace unas veces el más tonto y, otras, el más valiente. Un amor sin fronteras, sin topes, sin límites, un amor más fuerte que la muerte. La rutina de amarte me ilumina, me da aire, me da la vida que respiro cuando te imagino, te pienso y te toco en todo tu arte.

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