lunes, 19 de septiembre de 2016

El cariño que me has dado

Será siempre recordado. Poco tiempo compartido, pero, no sé por qué, para mí se ha eternizado, y mucho cariño intercambiado. Tus abrazos me siguen arropando cada noche, cada vez que mi cuerpo cae rendido, cansado y solo, el recuerdo de tus caricias se materializa por arte de profundo amor y enseguida me siento mejor. La esencia de tu fragancia revolotea aún por mi olfato, me distrae, me divierte, me consuela y me anima un rato. El frote de tu piel sigue intacto en mí y mis dedos aún recuerdan la forma de cada uno de tus poros, y absorbieron el cariño del niño que llevas dentro, para escribir con caricias relatos de verdadero amor que te acompañarán siempre, sobre todo en momentos futuros de dolor. Recuerda siempre mis dedos porque ellos recordarán siempre tu piel como un lienzo de amor infinito, como una esponjosa nube llena de abrazos sin fin, como un achuchón ininterrumpido y galvanizador. El cariño que me has dado me ha fortificado y ahora me conozco mejor; ha servido como luz disipadora de dudas, como encanto que en volandas me lleva hasta la ternura. El cariño que me has dado a cada instante va creciendo, no solo en el recuerdo, también en el pensamiento y, sin saber cómo, lo vuelvo a vivir de nuevo, está presente en este mismo momento. El cariño que me has dado me tiene ahora mismo rodeado, me ilumina y yo sonrío. El cariño que me has dado sigue vivo.

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