domingo, 30 de octubre de 2016

La soledad que aguanto

Cada día es mayor. Voy descubriéndome, adquiriendo conocimientos, disfrutando de pequeños logros personales con los grandes logros de otros, absorbiendo, en definitiva, la cultura, el conocimiento, la ciencia del mundo, la sabiduría que recorre la historia. Todo lo mejor ocurre en soledad aunque no nos demos cuenta, porque en mi soledad sigues estando tú como la persona que más cuenta, tu amor sigue creciendo en mí, el recuerdo y la imaginación cubren tu ausencia y, aunque en soledad, disfruto tu presencia. Mi corazón rememora tus palabras y mi pensamiento siente tus caricias y en esta soledad que aguanto tu me acompañas tanto, tanto, que se aglomeran en mi las alegrías, y, permaneciendo solo, disfruto de múltiples compañías. La música me viste y las lecturas me cantan, los pensamientos caminan conmigo y los proyectos danzan, la imaginación crea mi vida futura en esta soledad tan acompañada. Puedo oír tu voz y reproducir tus palabras que cada día se hacen nuevas pues nueva es la sensibilidad que las atrapa, al vuelo, sí, al vuelo en esta soledad que ameniza mi vida y armoniza mi alma. Y es esta soledad que aguanto la que me libra del espanto, y hace que mi amor crezca tanto, tanto, que si cierro los ojos siento el calor de tus brazos.

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