El traje

Me pides un beso, pero te voy a dar un millón para que te hagas un traje con ellos. Y así podré vestirte con mis labios y desnudarte con mis manos, a base de caricias y de abrazos. Vas a ser el más elegante pues tu desnudez es divina, y cuando mis labios te visten tu elegancia es supina. En la fiesta del amor serás el más admirado, pues tu cuerpo brilla solo por estar a mi lado. La fiesta del amor es muy concurrida, está plena de vida, tú y yo, dos mundos unidos, un amor inmenso, a veces incomprendido, otras tenso, pero siempre amor y siempre nuestro. Sin duda eres el más elegante, todos hablan de tu traje, hecho con el mejor material y con el cariño de la mejor calidad. Yo voy a tu lado por si hay que dar alguna puntada más, no sea que te enganches en algún sitio, que te roces sin querer y, de vez en cuando, voy dándote besos que vuelven a poner todo en su sitio. Hay una arruga en tu pecho pues te doy cien besos. Estoy pendiente de todo y, aunque no pasara nada, ni hubiera rotura ni el traje se empolvara, te daría unos besos más, aquí y allá, en la nuca, en la boca, en el cuello o en las nalgas. Tu traje va a estar siempre impoluto, y yo, sin dejar de darte besos ni un solo minuto