Nacemos y un día un hombre de uniforme nos dice muy amablemente: por favor, circule. Y avanzamos en nuestra historia vital en busca de logros, proezas, sueños e ilusiones. Y detrás nuestro se encuentran las cosas y gentes de las que huimos; el pasado, una parte por lo menos, que queremos perder de vista. De pronto, el destino, la edad, un hombre que 'tuit' en un ordenador o con un matasuegras, nos inoculan la prisa con frases de tan profundo calado como la vida son cuatro días, así nunca vas a llegar a nada, y comenzamos a correr. Seguimos circulando pero a mayor velocidad. Ahora huimos de los sueños y vamos detrás de lo siempre habíamos huido: se trata de la contrariedad del círculo.
¿Qué hacer entonces? ¿Imitar a la cabra y dar saltitos? ¿Volver al triángulo religioso con ojo que todo lo ve? ¿Acudir al trapecio para innovar? ¿Dar saltos trapezoidales en un octógono con un ojo que no ve nada?
Es curioso como la contrariedad del círculo puede dejarnos a cuadros. Y enmarco mis pies en un cuadro digital haciendo un click fenomenal. Agarro la foto de mis pies rayados y salto del círculo como la cabra que soy fuera de la contrariedad y en busca de un igual.
ES INÚTIL TODA POLÉMICA SI NO HAY ESPERANZA DE QUE RESULTE PROVECHOSA. Juan Luis VIVES
No hay comentarios:
Publicar un comentario