miércoles, 1 de octubre de 2014

Juntos somos uno

El día que comprendí que mi corazón estaba ocupado por gente como tú, el mismo día que supe que mi corazón había vencido a la muerte pues allí habitan tanto mi hermana como mi madre desaparecidas para el mundo, el día que supe que mis sentimientos creaban lazos y redes en todo el mundo y, también, en mundos diferentes, ese día, ese maravilloso día, supe que juntos somos uno. Por eso cuando un amigo es feliz, una chispa de alegría salta en mi interior, son esos momentos en que uno, sin saber por qué, siente unas irrefrenables ganas de bailar, esos momentos en que te abrazas a tu perro y le acaricias más de lo normal, son esos pequeños espacios de amor donde el tiempo se para, y, todos juntos, gozamos del mismo placer, un vínculo invisible vibra por el interior de nuestros cuerpos, y todos juntos somos uno sintiendo el mismo amor. Por eso cada vez que una ola de alegría llega a la playa de mi corazón pienso en el abrazo de un amigo, con el beso de mi hermana, con la caricia de mi madre, en la imaginación del niño que fui, en esa flor que descubrí en un paseo por el campo, en el primer día que vi el mar, en la primera vez que jugué con el corazón a ser feliz y me salió bien. El día que comprendí que juntos somos uno, mi corazón brilló como ninguno.

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