viernes, 20 de mayo de 2016

El hombre del gran amor

Tiene que venir de tu interior y está junto al niño que fuiste que mira atento un sumidero por donde se le escapó la ilusión. El hombre del gran amor tiene tu sonrisa en otro rostro y su mirada es la voz de tu corazón. Sin tú saberlo, ha estado siempre ahí, a tu lado, en esos días que pasaban como hojas en remolinos, rápidos, repitiéndose, sin apenas sentido, llenos, como quien dice, de mudo vacío. Y un día, un chasquido del destino pone las cosas en su sitio. Unos ojos sonríen con tus labios, un sueño se ha hecho carne y está hablando a tu lado. Sabes que siempre ha estado ahí; te agachas, miras al suelo, sonríes y ves el sumidero brillando. En un charco que no existe estás tú de niño chapoteando, saltando, dando vueltas, cantando un estribillo que repites hipnotizado: el hombre del gran amor seré tarde o temprano.

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