domingo, 24 de julio de 2016

¿Veis lo que hago?

Estaba a punto de entrar en el salón cuando ralentice el paso, sin llegar a frenar en seco, para no romper la armonía de la vida, cuando vi a Papá sacar un pañuelo de papel hecho una pelota arrugada del bolsillo de su pijama de verano, agarrarlo por una punta y comenzar a sacudir, mientras el perro observaba atento todos estos movimientos que formaban parte de un ritual diario supuestamente secreto, trocitos pequeños de la comida del mediodía llovían de esa nube de papel sacudida por el viejo, el perro se relamía mientras yo pensaba en la futura diarrea que iba a provocar todo esto, en que, al intentar recogerla, posiblemente la bolsa de plástico se rompería y mis uñas se quedarían barnizadas de mierda de perro por dentro. Cuando terminó el ritual entré en el salón con mi padre ya sentado en el sillón e hipnotizado por el televisor y sus adictivos deportes, y el perro relamiéndose, dispuesto a beber un poco para terminar tumbado en el suelo hecho un nudo, con una pata trasera levantada y chupándose la verga con fruición, con esa mirada que te dice a la cara ¿veis lo que hago?, pues vosotros no vais a poder hacerlo nunca.

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