lunes, 16 de abril de 2018

De la piel al corazón

El viaje de una auténtica caricia se inicia sin ninguna razón. Tal vez el comienzo sea la valentía de un instinto, la temeridad de un deseo oculto, la osadía de transformar un instante en placentero. Pero eso es solo el principio. Si la caricia continúa el viaje, pasará por el pensamiento, activará la imaginación, proyectará un futuro con diferentes desenlaces, originará un recuerdo para la posteridad.Los poros se abrirán, al igual que las expectativas, se erizará el vello, cierto calor agradable aparecerá en la zona acariciada. Todo ocurrirá en el instante de realizarse la caricia. La respiración se acelerará, el pecho se ensanchará, el corazón bombeará más sangre para recibir a la nueva caricia que, como una hoja en otoño, se deslizará en un vaivén acompasado hasta aposentarse en el mejor de los escenarios, en la caja fuerte de sentimientos más segura, en el hogar perfecto para una caricia tuya, en el final de trayecto idóneo: corazón.

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