martes, 20 de septiembre de 2022

El futuro que comienza en cada instante

He comenzado a percibirlo hace poco tiempo. Creo que es una nueva habilidad que la fuerza del amor me ha proporcionado. Hablamos del futuro como si fuera algo distante, algo distinto. Y el futuro no es que esté a la vuelta de la esquina sino que está entre los dientes, entre la lengua y el paladar, y diré más, el futuro viene del pasado. Se gestó en un tiempo que ya no está pero que puede volver. Porque el pasado nunca termina de irse. Y si el presente se diluye a cada instante, es, tan solo, un leve suspiro, suspiro dirigido, tal vez, al futuro que aun no ha venido. Qué galimatías el tiempo cuando, en realidad, está todo mezclado. Por eso el futuro comienza en cada instante. Es como una gota de agua que contiene todo el mundo, todo el universo, toda la historia de la humanidad y de cualquier tipo de vida. El tiempo es la esencia de vida que nos contamina. Por eso cada accion nuestra construye el futuro. El amor que percibo, el que doy, el que recibo, el amor que barniza mis palabras dirigidas a un amigo, el amor que respiro cuando te miro, el amor, ese motor que mueve el mundo sin que nos demos cuenta es el que me ha susurrado al oído que el futuro en cada instante comienza. Si doy un paso más estoy en el futuro, si pienso un beso tuyo estoy en el futuro y, desde que te amo, ya no hay tiempo, se ha parado, se ha disuelto, ha absorbido cualquier tipo de lamento, y soy tuyo en el sueño, la imaginación y en el pensamiento. El futuro es nuestro mi amor, es el instante en el que habitamos sumidos en un abrazo eterno.

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