martes, 27 de septiembre de 2022

Zarandajas

Hay palabras que me recuerdan a mi madre con total nitidez y siento que la vuelvo a ver. De repente un fogonazo al escuchar la palabra, algo en mi interior descubre la llamada de alerta, la memoria se enciende, el acomodador abre las recias cortinas rojas aterciopeladas, la sala de mi recuerdo está lista, hay una gran butaca esperando a que me aposente, hay palomitas aunque se que no voy a probarlas porque la intensidad del recuerdo no me lo va a permitir. La palabra es zarandajas. Alguien habla y aunque no le presto mucha atención, consigo oír parte de una frase, el final tal vez, y escucho y demás zarandajas. La palabra actúa en mi mente como una luz parpadeante, se apaga y se enciende, zarandajas, zarandajas, y entonces el trozo de frase y demás zarandajas se transforma en déjate de zarandajas y adquiere el sonido de la voz de mi madre, las imágenes en el recuerdo toman vida, mi cuerpo da un respingo en la butaca y el acomodador se retira tras la cortina. Mis párpados se tensan al maximo, mis ojos brillan, mi madre me mira y dice déjate de zarandajas mi vida, no le des tantas vueltas a las cosas ni importancia a las cosas que no la tienen. Ven aquí, mi dice, me limpia las mejillas húmedas con sus manos, son tan delicadas y suaves que enseguida absorben las lágrimas que había derramado ya no sé por qué. Me mira a los ojos, sonríe y me besa. Zarandajas, que alegría haberos encontrado de nuevo.

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