Siempre conmigo

A pesar de estar a miles de kilómetros, mi amor está siempre conmigo. Lo llevo en mi corazón y puedo sentirlo a cada instante, me acaricia por dentro y besa cada uno de mis latidos. En mi pensamiento se han grabado su cara, su cuerpo, su sonrisa y su ternura. Si paseo por el parque siento su mano agarrando la mía. Si escucho música, en cada nota percibo su compañía. Por las noches, en la cama, su calor me envuelve, su aroma me lleva al éxtasis y descanso en su abrazo, que es mi hogar, mi nido, mi lugar preferido del mundo. A pesar de estar a miles de kilómetros, la conexion es tan grande que, cuando pienso en mi amor, su voz resuena en mi cabeza, sus manos recorren mi piel y mi cuerpo se contonea, busca el roce y el goce, siento su alegría en mi interior, y mi sonrisa es su sonrisa, y también compartimos los labios, por eso estamos viviendo en un beso constante y eterno, porque siempre está conmigo, juntos, en la misma piel, disfrutando de nuestro amor, haciéndonos bien.

Amorcito

Hoy voy a soñar contigo. Con tu delicioso cuerpo, tu preciosa cara, tu maravillosa voz y tu linda compañía. Mi amorcito lindo. Has entrado en mi corazón para quedarte, para cultivar el amor, plantando semillas con cada beso y, con cada caricia, generando una flor. Amorcito lindo y bonito, esta noche, en mi sueño, voy a jugar contigo otro ratito. Eres la estrella de mi noche, el sol de mi día, el cielo de mi vida. Tu imagen siempre provoca mi sonrisa, mi alegría. Vibramos en la misma frecuencia, somos la misma clase de energía, puro amor, felicidad sincera y natural alegría. Mi bigote recorre tu piel impregnándose de tu esencia amorosa, libando tu miel sabrosa, creando besos de todos los colores, incluso rosa. Amorcito oigo tu voz en la brisa y también en mi pensamiento, y dentro de mi corazón, en cada palpitar va tu sonrisa. Eres lo más bonito del universo amorcito, eres el sentido, la pasión, el placer, el silencio, la calma y el descanso; mi alma se posa en tu cuerpo y tu espíritu en mis labios. Amorcito a ti me abrazo, para siempre, me acurruco en tu regazo.

El descanso

La vida es agotadora a veces. El sistema nos zarandea, nos manipula y nos exprime. Necesitamos descanso. Y para ti, amor mío, tengo el mejor descanso. Ven aquí cariño, aposéntate entre mis brazos, acurrúcate en mi alma, apoya tu rostro en mi pecho, escucha el ritmo de mi amor, a mi corazón cantando por ti. Descansa en mi cuerpo mientras, como dicen en Brasil, te hago 'cafuné' amor mío. Relájate en mi piel desnuda, siente mi calor, siente mi alma que también es tuya, pues de ti se ha impregnado todo mi ser. Descansa tus dedos en mi ombligo, descansa tu sexo junto al mío, descansemos nuestras bocas en un beso hermoso, hivernemos como osos en cualquier época del año, descansa en mi desnudez y libérate del daño del mundo. Descansemos en este colchón de amor tan profundo. Sé feliz entre mis brazos sin pensar en los segundos, hagamos que estas lentas caricias nunca terminen y que el brillo de nuestros ojos nos ilumine.

En mi soledad

Como dijo Antonio Machado: "En mi soledad / he visto cosas muy claras, / que no son verdad." Pero también me ha ocurrido lo contrario, sentir cosas imposibles que son totalmente ciertas. Como mi amor por ti. Pero uno puede amar a los muertos y amar en la distancia, sin sentir el tacto. Lo imposible es sentir el tacto, los besos y caricias de alguien lejano. El amor va haciendo que esa persona, poco a poco, construya su hogar en mi corazón, y lo habite. Por eso, cuando yo duermo, en mis dulces sueños, mi amor sale de mi corazón y mientras duermo sueño que hacemos el amor, pero en realidad es todo cierto, porque en medio del sueño despierto y noto como nuestras bocas crean los mejores besos, y siento tu piel acariciando las yemas de mis dedos, y mis labios en tus pezones dejan sus besos por todos los rincones, mientras dulcemente, tus gemidos, me susurran al oído, te amo querido mío. Y te amo tanto que, últimamente, llega la mañana y sigues en mi cama, y disfruto de tu elegante desnudez, de todas tus lindas curvas, y te levantas y miras por la ventana, y yo te sigo y te abrazo, y beso tu hermosa sonrisa y pienso que en mi soledad, tu amor imposible, es siempre verdad.

Recuerdo del futuro

Pensé que la locura en mí había anidado pero he descubierto que el tiempo no es lineal, que se ha plegado. Por eso se transformó el pasado y por eso apareció un recuerdo del futuro, y allí estabas tú, amor mío, abrazado a mí, haciéndome tuyo. Y ese recuerdo me ronda como mi amor a ti te ha rondado, y puedo sentir la caricia espléndida que aún no me has dado. El tiempo se ha plegado y lo hemos aprovechado: hicimos el amor como niños cuando están jugando, sin prisa, con imaginación, muy concentrados, nuestros cuerpos bien pegados y nuestras lenguas danzando, gozando de un goce máximo, cosiendo nuestros espíritus con un hilo de amor dorado. Y el tiempo se desplegó y nuestro contacto parecía solo soñado. Pero las sábanas de mi lecho tenían la forma de tu cuerpo dibujada, mi boca tu sabor y mi piel tu tacto. Las yemas de mis dedos aún vibraban con tu calor y tu perfume y tu aroma inundaba mi cuarto. Ahora estoy aquí solo, con mi recuerdo futuro, recordando en bucle lo que aparentemente nunca ha pasado. Y reclamando al tiempo un nuevo plegado.

Dentro y fuera

Me encanta tu cuerpo y todo lo que veo, pero también amo tu interior porque te amo por entero. Tu belleza es también interna. La ternura se intuye en tus palabras y en tu mirada. Amo tu forma de ser, tu maravillosa personalidad, te amo porque eres imperfectamente perfecto o perfectamente imperfecto. Cada curva tuya me seduce, pero también cada sonrisa, cada silencio, cada mirada que son como hadas que celebran el amor cada mañana. Te quiero por fuera y por dentro, porque eres el alimento de mi alma, el viento de todas mis penas, que se las lleva, que las espanta, eres la esencia de mis poemas, la voz que al oído me canta y el susurro que me embriaga. Eres el amigo completo, el espíritu que juega con mi cuerpo en todos mi sueños y pensamientos. Tu belleza física aumenta porque la bondad sale por tus poros para alegrarme la vida, para construir el tesoro de nuestro amor, y te pienso y me siento mejor. Llevo tu amor en mi interior y a la vez me envuelve una aureola de tu cariño que me protege, que da alas a mi alegría y sentido a mi insulsa vida.

Amor fati

Así reza una máxima del estoicismo que significa ama tu destino. Y pienso en mi amor, a miles de kilómetros de distancia de mí, un gran charco separándonos. Y este amor fati me induce a preguntarme para qué me sirve esto. Para adquirir paciencia, para amar con mayor intensidad, pues si soy capaz de amar sin el tacto, de amar en la distancia, cuando llegue el encuentro deseado, cada caricia será un acto de amor supremo, cada beso contendrá dosis de amor puro, de pura esencia amatoria, incluso una mirada a corta distancia de esa persona tan querida será como hacer el amor. Por eso amo mi destino, porque me ayuda a intensificar mi amor, a concentrarlo, a hacerlo inmenso y maravilloso. Y este amor que se expande en la distancia me devuelve su magia al hacerme sentir en mi imaginación el contacto con la persona amada, a sentir a mi amor como si estuviera a mi lado ahora mismo. Amo mi destino porque hizo que te cruzaras en mi camino y yo he de volar hacia ti, primero con el corazón y el espíritu, y después mi cuerpo se acabará uniendo al tuyo, completando nuestro proceso de amor.

El tamaño de mis sentimientos

Es tan pequeño como la palabra amor, tan solo cuatro letras. Pero este amor es tan grande como el universo, y se expande con cada verso, con cada beso. Por eso tú, cariño mío, que solo eres una persona entre millones, para mí eres un gigante fantástico, porque te veo en todas partes, porque te pienso, te sueño, te imagino y siempre te amo. Eres la lluvia, eres el tacto, eres el cosquilleo agradable que recorre mi interior dándome alegría, placer y, sobre todo, mucho amor. Desde que te conozco, el tamaño de mis sentimientos se ha hecho inconmensurable, como mi amor, como tu belleza. Estás dentro de mí, nos hemos fusionado, fundidos por el amor te disfruto a distancia. Tu belleza es mi elegancia, tu elegancia, incluso en la desnudez más pura, seduce mi pensamiento que se ha vuelto todo sentimiento. Eres la inmensidad amorosa que me desborda y en cada uno de mis poros está la firma de tu cariño que, por arte y gracia de nuestro amor, me ha transformado en niño y, como en un juego, voy volando hacia ti, a tu encuentro, a jugar contigo mi amor, a besar tu ombligo, a hacerte cosquillas con mis caricias, a disfrutar de tu sonrisa, a abrazarte de por vida. Desnudos nuestros cuerpos, unidos, vestidos con un abrazo de amor que vibra en nuestro interior.

Todo me lleva a ti

El mundo insiste en distraerme con sus rutinas de siempre. Mi cabeza da vueltas a temas intrascendentes. El día a día crea problemas de la nada. Entonces pienso y medito sobre mi forma de actuar, de llevar estos asuntos. Y llego siempre a la misma conclusión: debo pensar más en ti. Todas las pequeñas calamidades desaparecen al pensar en mi amor. Escucho música, tal vez una nueva canción o puede que no tan nueva, y pienso ¿le gustará a mi amor? Cuando preparo la comida, la pruebo y, si me satisface, me digo a mí mismo, este plato se lo prepararé a mi amor. Entonces sonrío y me viene una maravillosa imagen a la mente, tú y yo abrazados, conversando con miradas, caricias y sonrisas, maquinando besos futuros sin prisas, soñando un amor espontáneo, alegrándonos la vida. Todo me lleva a ti. A cada instante te pienso, todo el tiempo te siento porque te llevo en mi corazón. Veo tu rostro en las nubes y en las flores encuentro tu maravillosa fragancia. Eres la esencia de mis días, el centro de mi esperanza. Y, cuando me ducho, eres el agua que se desliza por mi piel. Eres la brisa que me acaricia, el rayo de sol que se cuela por mi ventana y que entra en mi cama para entregarme su amor cada mañana. Y en la noche eres el sueño que nunca termina, que comienza como estrella que ilumina, que me alegra la vida. Todo me lleva a ti porque tú lo eres todo para mí, amor: aire, agua, brisa, vida, pura alegria, vida, vida, vida infinita, amor eterno, luz que me guía.

El laboratorio de las palabras

Lo construí sin ninguna pretensión aparente, pero ahora me doy cuenta de que lo hacía por tí, amor. Comprendí enseguida que, las mismas palabras, dichas de forma diferente, cambian su significado. Pero no sólo eso, el laboratorio de las palabras me enseñó a llenarlas de amor. Por eso hay personas que se identifian enseguida con lo que digo. Las palabras rellenas de amor tienen la virtud de hacerse personales, llegan a varias personas con una exclusividad que acaricia el alma. Palabras elegidas, rellenadas de amor, leídas en el momento oportuno, son palabras que nos abrazan por dentro, que nos salvan, que nos dan seguridad emocional, que calman nuestro espiritu y nos alegran con un amor tranquilo lleno de esperanza. El laboratorio de las palabras me ha dado el poder de sentir al escribir y de que ese sentimiento siga vivo al leer esas palabras, porque el amor que hay en ellas se va expandiendo desde que se emiten hasta que se reciben. Son palabras dictadas por mi corazón, inspiradas por mis amigos más íntimos y por mi amor. Palabras que vuelan miles de kilómetros y llegan a su destino dispuestas a alegrar la vida, a llenar de besos y caricias, a compartir mi amor y mis albricias.

Lo que provocas

Amarte despierta mi poder interior. Lo maravilloso de quererte es que me haces mejor persona incluso a distancia. Tu amor me da vida y amarte es mi alegria. Cuando me hablas, tu voz es tan maravillosa, que siento que soy una estrella gigante brillando en el firmamento de tu corazón. Tengo millones de maneras de decirte que te quiero: con los ojos, con intensas miradas que hablan y reflejan tu ternura que brilla e ilumina nuestras vidas; con las manos, con deliciosas caricias que harán cantar a tu piel lindas canciones de placer y alegría; con mis labios, con besos estampados en tu cuerpo que se grabarán en el reuerdo y perdurarán hasta el infinito como nuestro amor bonito; con palabras, hermosas palabras que tu persona me inspira, con tu belleza sin igual, con tu ternura incomparable, con tu espléndida compañía que, hasta a distancia, se hace efectiva. Lo que provocas, lo que me provocas, es amor que se expande, que me llena y me fascina, es alegría gigante, es pura vida.

Me enamoré sin tocarte

No me di cuenta al principio, pero tu dulzura revoloteaba por el aire. Tuve que verte varias veces para ir captando tu esencia. Poco a poco fui sintonizando contigo y tu belleza se me mostró en todos los aspectos de la vida. Tu cuerpo espléndido, tu voz maravillosa, la ternura de tus gestos, y tu simplicidad al expresarte me enamoró al instante. No eres complicado, eres humilde y eso te hace más bello todavía. Ciertos gestos tuyos cuando hablas, en especial me gusta cuando abres un poco más los ojos y se te levantan las cejas, como si sintieras cierta vergüenza por ser tan atrevido, pero sólo eres humilde y agradecido. Me enamoré sin tocarte porque tu hermosura y, sobre todo, tu ternura se palpan al instante. Eres la esencia del amor puro, eres un diamante en bruto, de amistad, de amor, de sinceridad y de cariño. Tu cuerpo sonríe cuando me hablas y mi alma se alegra al escucharte.

Escrito en el cielo

Veo tu nombre. Son unas nubes las que me lo muestran. Escrito en el cielo, como en un mapa, veo la ruta a tu ombligo que atrapa mis caricias y mis besos y, como un agujero negro, succiona mi amor. Escrito en el cielo está nuestro encuentro. Nuevas estrellas han nacido para iluminar nuestro amor. Escrito en el cielo está el mismo libro que voy a leer en tu piel. Primero lo escribiré con mis dedos y luego con mis labios lo leeré. Voy dibujando en el aire las curvas de tu cuerpo y tú te estremeces al sentir el roce de mis dedos invisibles que caminan lentamente por tu piel. Dos alas diminutas le salen a mi bigote que va volando hacia ti, para verte todas las noches, para hacerte sonreír en sueños y gemir de placer con sus caricias. Te despiertas excitado y, mi bigote alado, planta besos amorosos en los poros de tu piel. Gracias a mi bigote volador, a distancia hacemos el amor. Y en el cielo escribo nuestra historia para que desde otros mundos la lean, para que se propague nuestro amor. Está escrito en el cielo que tú y yo nos amamos, que nuestros cuerpos ya no se buscan porque ya se encontraron, primero en la imaginación, luego en el pensamiento, en un lecho inmaculado, en una playa desierta, siempre contigo, a tu lado, en el cielo lo he leído porque ahí estaba escrito mi amor.

Cariño

Cada vez que veo tu cuerpo, además de disfrutar de tu hermosura, puedo ver tu alma. La ternura de tu mirada es el refugio por donde entro a tu corazón. Ya te dije que eres el ombligo de mi alma y que nuestros corazones están entrelazados. Ahora añado que nuestros espíritus están fundidos, son amigos, hermanos. Cariño, de mil maneras estamos conectados. Pronto uniremos nuestros cuerpos y alguien podría decir que nuestro amor será confirmado. Pero creo que te amo desde el principio de los tiempos, por eso, cada día, descubro una maravilla en ti, tu belleza me inunda, tu voz me envuelve, y puedo sentirte en todos los rincones de mi existencia. Tu amor me llega en asombrosas ondas de sonido, en vibraciones cósmicas que me alegran el día. Es como si tus manos fueran gigantes e invisibles y cada día me acariciaran a través del viento, del aire y del agua. Es como si la brisa matutina que se pega a mis labios, a mi piel, me susurrara al oído con anterioridad que son tus besos que me buscan y me encuentran. Cariño, quiero jugar contigo, volver a ser niño a tu lado, descansar en tus abrazos, meditar en tu pecho recostado, dibujar con mis dedos la ruta del amor por todo tu cuerpo y plantar allí mis besos, para que crezca nuestro bosque secreto de amor y encontrar la flor de tu sexo en medio de nuestro bosque de amor. Cariño, tu amor me da paciencia, tranquila y armoniosa, porque cada día estamos un poco más cerca. Ya te amo, ya te siento, ya percibo tus besos y tu calor, ya me siento mejor. Cariño, mi vida consiste en darte mi amor.

El ombligo de mi alma

En una tarde tranquila, balanceándome en la música, las notas de un dulce piano me llevan en volandas. Estoy sentado pero voy flotando y descubro que eres el ombligo de mi alma, que mi corazón está lleno de ti y que, también, eres el protagonista de todos mis pensamientos. Tu ternura me envuelve por dentro y por fuera. Saber de ti me alegra la vida y voy sumido todo el día en una pasión tranquila. Mi cabeza adelanta los acontecimientos y todos mis sueños se hacen realidad cuando te pienso. Ahora me doy cuenta de que llevo amándote muchísimo tiempo. Oírte hablar o cantar es como hacer el amor. Todas las partes de tu cuerpo me seducen a cada instante. Estoy impregnado de ti. Cada uno de mis poros lleva tu firma. Eres el centro de mi alma, su ombligo. Y cuando te veo encuentro el único sentido posible en este caos cósmico: el amor. Y este amor que te tengo es eterno e infinito.

Te conocí

Sin saber que iba a amarte. Te veía desconociendo que cada día te queria un poco más. El amor es así, parece repentino, pero es algo natural y constante. Ahora que sé que te amo, cada vez que te veo, te oigo, te siento, te sueño o te pienso, sé que el amor es más intenso y disfruto como un niño con este sentimiento. El amor hace que la vida tenga sentido y tú, cariño mío, que cada vez tenga más ganas de estar contigo. Aunque sin estar, ya estoy contigo, te llevo en mi corazón y yo me he colado en el tuyo. Una noche te pillé desprevenido y, mientras estabas dormido, entré por tu lindo ombligo, mi alma abrazó a la tuya y en tu corazón hallé cobijo. Tu ternura me alimenta desde entonces, tu alegría me da vida y tu amor, la única y mejor compañía. Te conocí, no sé si por casualidad o porque estaba escrito, y fui descubriendo de ti lo más bonito. Nos fuimos haciendo amigos y, como dos niños, sin apenas darnos cuenta, comenzamos a jugar al juego del amor, y créeme, cariño mío, está siendo de lo más lindo.

Corazones entrelazados

Te siento tan cerca que tu pasión me envuelve a pesar de la distancia. Cuando te veo sonreír soy incluso más feliz que cuando yo sonrío. Tu belleza la siento como mía, no como posesión, sino como alegría. Y este entrelazamiento de nuestros corazones hace que mi amor hacia ti se expanda. Comienzo el día pensándote porque durante la noche, durante el descanso, estuve soñándote. De tanto sentirte y soñarte, conozco más tu cuerpo que el mío, que, para mí, ya no son dos cuerpos, sino que son el mismo. Tus alegrias también son mías porque me proporcionan felicidad. Tu vida, tu belleza, tus acciones, me enseñan cada día la mejor forma de habitar el mundo: con amor. Amor constante y permanente, amor que crece y se expande, amor entrelazado, como nuestros corazones, porque nos sentimos y nos cuidamos, por eso nos amamos.

Un domingo cualquiera

Paso revista a lo que he hecho durante el día, durante el fin de semana, en la última etapa de mi vida, en mi vida entera. Leo una noticia y termino saturado de información, como siempre. Veo un capítulo de una serie policíaca inglesa de hace unos años. Escucho música brasileña. Leo varias páginas de dos o tres libros distintos. Limpio un poco. Ordeno un poco menos. Me cuesta ordenar la casa pues el desorden me parece lo habitual. Como el caos de la vida, o del mundo. Estoy envuelto en una manta de colores que me da el calor que necesito. Me relajo con la música y pienso que eres tú quien me está dando calor con un abrazo lleno de amor. Pensar en ti me alegra la vida. Imagino tus besos, siento el roce de tu piel y, de repente, oigo tu voz como si tu boca estuviera al lado de mi oído. Me he dormido y aprovecho para soñar que no hace frío y que estamos desnudos, intercambiando caricias, creando besos juntos. Cantamos, reímos, hacemos el amor. Todo es maravilloso. Todo contigo es mejor. Me despierto con una sonrisa en los labios y hecho un ovillo con la manta de colores. Vuelvo a cerrar los ojos y tus labios me dan un beso.

En silencio

También te amo. Tumbado en la cama, con los ojos abiertos o cerrados, pensándote todo el rato, contemplando el horizonte, paseando por el parque o sentado en un banco, en silencio también oigo tu canto. Mi corazón en silencio, completamente calmo, te sigue amando. Porque el amor no para, se distrae cuando hablo pero camina a grandes zancadas cuando callo. El silencio es creativo, como una caricia generando emociones, sensaciones y placeres. El silencio habla como un beso que se extiende en el tiempo y en la aventura del deseo infinito que termina en tu boca. Nos separamos pero ese beso sigue en silencio, aposentado en el recuerdo, repitiéndose a todas horas, esperando un nuevo momento, un nuevo contacto, la continuidad de su silencio, la aventura apasionada de tus labios. En silencio te amo para oír tus mudos gemidos que, con susurros, me cantan al oído lo que mi corazón siente con tu tacto. En silencio te oigo. En silencio te espero y en silencio te amo.

En dos sitios

A la vez. Tengo el cuerpo en casa y la mente y el corazón donde habita mi amor. Mi pensamiento, como una dulce caricia, recorre tu piel a diario mi amor. En dos sitios a la vez, en mi cuerpo y en el tuyo, pues estoy habitando en tu corazón, para sentir tu calor y tu palpitación. Por eso cuando oigo tu voz me estremezco de amor y las chiribitas de mis ojos vuelan a mi alrededor y se transforman en tus besos que se van aposentando sobre mí con todo el cariño del mundo. Tus palabras me desnudan y tus ojos me acarician, y mi amor crece tanto que va desde mi orilla a tu orilla, cruzando el abismo del gran charco que nos separa, y se queda agazapado en el aire hasta que me respiras. Desde donde estoy puedo sentirte y, a la vez, me veo a tu lado, sonriéndote y besando tus labios. Beso todo tu cuerpo, despacio, deleitándome con toda tu belleza y demostrándote todo mi amor. Te apareces en mis sueños, dos mundos que se fusionan, dos sitios y una vez, en dos sitios a la vez, no importa dónde estés, porque siempre te abrazo, estés donde estés creamos los mejores besos al juntar nuestros labios. Puedo sentirte, tocarte con la imaginación que se hace tan real que mi cuerpo se enciende, el placer me inunda y el amor me envuelve.

Voy flotando

En uno de mis versos. Una pequeña brisa mueve mis cuatro pelos que parecen la vela de un barco que va surcando los cielos. Hay gente saludándome desde las estrellas, dándome ánimos, gritándome ¡vuela!, ¡tu amor está cerca! Voy flotando desnudo encima de ideas de amor eternas. Siento a mi amor en mí. Formo parte de una inmensidad eterna compuesta de almas finitas que habitaron esta tierra. Soy amor y, a la vez, voy en su busca. Soy más el otro que yo, soy el amor de ambos, el amor de nosotros dos. Voy flotando por tu piel y también por tu interior. Surfeando en tu pensamiento con este verso de amor. Tus pezones son dos islas en el mar amado de tu cuerpo, y en la selva de tus pelos yo estoy tomando el fresco, meditando, soñando con tus besos. Voy flotando por el mundo, voy flotando entre las líneas y también entre tus pensamientos. Floto en tu corazón, y floto en tu sexo. Floto en el amor que por ti siento.

Amor gigante

El amor tiene la cualidad de poder crecer de una manera constante, por eso mi amor es gigante. Su ternura y su cariño me transforman en un niño y, mientras yo me hago pequeño, mi amor crece como una montaña. Por eso su voz es para mí como el eco que oyes al gritar en la cima de esa montaña. Sin darme cuenta el amor ha crecido tanto que las distancias se han acortado. Mi amor es tan enorme que lo puedo abrazar en todas partes. Mi amor gigante tiene un bigote precioso y, cuando miro al cielo, puedo verlo entre las nubes. Cuando llueve, no son gotas de agua lo que cae sobre mí sino sus besos. Mi amor gigante tiene un ombligo precioso donde a veces me escondo y me refugio. Y este gigante tan tierno me acaricia hasta que me duermo en un coclchón maravilloso hecho con sus besos. Mi amor gigante me da los buenos días y llena todos los días de alegria mi vida. Una palabra suya y soy feliz. Una canción cantada con su hermosa voz y me derrito de alegria. El amor gigante es mi universo y se expande a cada momento, con cada saludo, con cada beso, con cada linda mirada de sus ojos atentos.

La casualidad, la distancia y el amor

Fue una casualidad encontrarte. En una red social vi tu foto y algo llamo mi atención. Nos hicimos amigos virtuales. Nos pasamos meses sin apenas hablar, viéndonos en fotos. Pero cada foto tuya, cada vídeo, me decía algo de ti, y todo me gustaba. Comenzamos a comunicarnos más, aunque la distancia entre nosotros es bastante grande, miles de kilómetros, yo cada día te siento más cerca. Cada detalle, cada gesto tuyo ayudaba a mi conocimiento sobre ti. Un día te oí cantar y mi corazón se alegro de repente. Tu voz me acariciaba y la alegría se dibujaba en mi rostro. Poco a poco fui comprendiendo que te amaba, y la distancia entre nosotros ya no existe en mi corazón porque te llevo dentro de él. Ahora el amor me llevará hacia ti para devolverte la alegría que me proporcionas a diario. Lo que comenzó como una amistad virtual es ya una amistad real y, en muy poco tiempo, el amor unirá nuestros cuerpos para que saboreemos la alegría de querernos.

Puede que te asusten

Puede que te asusten mis palabras. Nadie te había dicho nunca que te ama tantas veces. Pero es lo que tiene el amor, que a veces asusta. Porque va creciendo y creciendo, y crece tanto que da miedo. Y es una gran paradoja, pues el miedo se vence amando. Y yo hace mucho tiempo que no tengo miedo, por eso amo tanto. No puedo parar de amar. El amor es el oxígeno en mi mundo. Porque no amar es no vivir. Puede que te asusten mis palabras, pero se trata sólo de una primera impresión. Luego mis palabras te desnudan, como una madre a su hijo antes del baño, con delicadeza, con cariño, como parte de un juego diario. Y tú chapoteas en el amor que creamos. El amor de mis palabras cubre tu desnudez y penetra por tus poros, intentando descifrar todos tus tesoros. Yo te hago cosquillas con mis miradas indiscretas y tu espíritu ríe a carcajadas. El miedo se ha evaporado y hacemos el amor en un lecho improvisado de palabras de amor que antaño te asustaron. Nunca había sido tan feliz, me dicen tus labios con un beso lleno de pasión y maravilla. Entre gemidos, vamos creando besos como dos niños historias en su juego interminable. Envuelvo tu cuerpo con caricias y, en tu ombligo, un lazo invisible de ternura se deshace entre mis labios.

Pienso en tu cuerpo

Te veo desnudo y me pareces precioso. Pero la belleza de tu cuerpo me hace pensar en tu alma. Acariciarte, lamer tus pezones, sentirte entre mis brazos me va descubriendo el sentido de la vida. Y deseo estar a tu lado en silencio, oír cómo me cantas mientras pienso en qué habrá después de la muerte. Quiero tener mi espíritu entrelazado al tuyo y para eso tengo que amar tu cuerpo, ese cuerpo en el que pienso a diario. Y pienso tu cuerpo como si fuera mi hogar, mi lugar seguro, la selva de mi vida, el bosque de mis sueños. Todo lo que amo de la vida está en tu cuerpo. Hay mil historias en cada uno de tus poros, para mí eres una biblioteca humana, por eso te adoro. El roce de tu piel es música, es la banda sonora de mi vida. Pienso en tu cuerpo como un planeta inmenso lleno de amor. Te beso y veo tu alma sonreír mientras tu mirada me ofrece lo más bonito de tus pensamientos. Estamos juntos mirando el horizonte, en un silencio confortable que nos envuelve y tu alma y la mía se hacen una sin apenas darnos cuenta.

Cuando oigo tu voz

Tu belleza aumenta y mi amor hacia ti crece. Tu voz me envuelve, siento como me acaricia, siento tu ternura y puedo ver la hermosura de tu alma. Tu canto me seduce tanto como tu cuerpo y en tu voz descubro la esencia de la ternura. Cuando oigo tu voz encuentro el hogar, el abrazo, tu calor, tu regazo. Tu voz me desnuda y me envuelve a la vez. Si cantas mi piel vibra y una intensa emoción me recorre por entero como un cosquilleo de placer maravilloso. Cuando oigo tu voz una alegría intensa atraviesa mi interior como el caudal de un río de amor puro, mi sexo se humedece, la vida se vuelve más hermosa. Por eso cuanto más te escucho más te amo. Tu voz me acaricia el alma, el corazón, la piel. Tu voz es mi sol invisible, alumbra el amor que te tengo, me hace levitar y soñar con el momento maravilloso del encuentro, de estar entre tus brazos, sintiendo tu calor, escuchando como me cantas al oído mientras te acaricio el ombligo, y me transformo en amor al estar contigo.

Escucharte con todo el cuerpo

No sólo con los oídos, pues también quiero escuchar tus silencios. Quiero que todos los pelos de mi cuerpo vibren al escuchar tus miradas, al sentir la brisa hermosa de tu voz, al disfrutar de tu canto. Quiero escucharte con mi sexo, oír tu cariño y sentir tu amor. Escucharte con la piel cuando tus dedos me cuenten historias de placer, cuando tu piel me susurre las cosas más bonitas con su roce. Quiero escucharte con mis pezones, con mi ombligo, con mi sexo, quiero oír tus sueños y tus miedos, quiero escuchar tu mundo entero. Escuchar a tu cuerpo con mi cuerpo. Escucharte siempre y de cualquier manera, escucharte con el cuerpo desnudo y con los pies en la tierra. Volar mientras te escucho en mi interior, sentir tu amor y sentirme mejor. Porque escucharte es amarte. Escuchar los secretos de tu piel con las yemas de mis dedos, con mis labios y mis besos. Escucharte en la distancia amor y cuando estás a mí pegado. Escucharte todos los instantes.

Las alas del amor

Son invisibles pero poderosas. No desfallecen, no les importa la distancia a recorrer porque aman mientras vuelan, aman estando quietas, en la actividad y en el reposo. Las alas del amor nos han unido antes de vernos. No puedo tocarte aún pero ya puedo amarte. Las alas del amor han llenado mi pensamiento de ti y han escogido el mejor sitio de mi corazón para aposentar tu nombre. Por eso te siento en cada palpitación y no doy un paso sin pensar en ti. La vida sin amor no tendría sentido y la chispa, el comienzo, el acto creativo del amor reside en sus alas, donde su magia invisible se propaga desde donde comienza el vuelo hasta su destino, dejando también un reguero de amor por el camino, como migas, o más bien semillas, que iluminan el sendero, la trayectoria, y la van achicando con el tiempo hasta que llega el día del encuentro, donde las alas, invisibles y en reposo, sonríen al descubrir que la distancia se ha difuminado y nosotros estamos fundidos en un abrazo.