Todo me lleva a ti

El mundo insiste en distraerme con sus rutinas de siempre. Mi cabeza da vueltas a temas intrascendentes. El día a día crea problemas de la nada. Entonces pienso y medito sobre mi forma de actuar, de llevar estos asuntos. Y llego siempre a la misma conclusión: debo pensar más en ti. Todas las pequeñas calamidades desaparecen al pensar en mi amor. Escucho música, tal vez una nueva canción o puede que no tan nueva, y pienso ¿le gustará a mi amor? Cuando preparo la comida, la pruebo y, si me satisface, me digo a mí mismo, este plato se lo prepararé a mi amor. Entonces sonrío y me viene una maravillosa imagen a la mente, tú y yo abrazados, conversando con miradas, caricias y sonrisas, maquinando besos futuros sin prisas, soñando un amor espontáneo, alegrándonos la vida. Todo me lleva a ti. A cada instante te pienso, todo el tiempo te siento porque te llevo en mi corazón. Veo tu rostro en las nubes y en las flores encuentro tu maravillosa fragancia. Eres la esencia de mis días, el centro de mi esperanza. Y, cuando me ducho, eres el agua que se desliza por mi piel. Eres la brisa que me acaricia, el rayo de sol que se cuela por mi ventana y que entra en mi cama para entregarme su amor cada mañana. Y en la noche eres el sueño que nunca termina, que comienza como estrella que ilumina, que me alegra la vida. Todo me lleva a ti porque tú lo eres todo para mí, amor: aire, agua, brisa, vida, pura alegria, vida, vida, vida infinita, amor eterno, luz que me guía.