sábado, 4 de febrero de 2012

Más cháchara

Brota la emoción nada más sentir la presencia de alguien nuevo en tu vida. La nueva tecnología te lo acerca todo y, esa persona sentada a miles de kilómetros, te susurra palabras de amor al oído. Sientes que es extraño pero a la vez bonito. Disfrutas del amor en la pantalla, crees que está contigo; notas como llegan sus palabras al corazón, entrándote por el ombligo. Y aunque recuerdas un fracaso no muy lejano, sueñas con que la relación roce lo divino. De pronto, crees que todo puede ser posible. Pero otra persona aparece y, también, te habla de amor, susurrándote al oído, no lo mismo pero sí parecido, que tú eres su amor y de su mundo el ombligo. No sabes qué hacer aunque la solución la tiene el destino: retirar la cháchara y señalarte el camino. La primera persona desaparece de la misa forma que vino; como un hechizo, como algo repentino. Su amor, todo de cháchara construido, te hace creer en la segunda persona que el destino te ha traído. Y ahora soy yo el príncipe del amor, las palabras son de verdad y, mi vida, el cuento que he construido. Mi querido amor el príncipe ya está contigo y aunque mi cuerpo no esté a tu lado, estoy en tu corazón metido.

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