domingo, 13 de mayo de 2012

Vestido de palabras

Los días de mucho calor me enfundo el alma, una prenda vaporosa, que no pesa, pero cala, ni abriga ni da calor y, a veces, todo lo contrario. Muy parecida al amor, pero el amor más que prenda es piel, piel y sudor. Porque el amor siempre lo llevo puesto; estoy desnudo, pero con amor y, a veces, cuanto más desnudo más amor. Se forman diferentes capas o películas sobre mi piel y, si tuviéramos un microscopio mágico para ver esas capas, veríamos todos los amores de nuestra vida ahí plasmados. Porque ahí está todo: las caricias de una madre, la iluminación del sol, el primer beso, la segunda vez que tuviste sexo (porque siempre dicen que es mejor que la primera, aunque en mi caso cometen error), la música, aquella mágica flor, la literatura, la novela que nunca escribes y tal vez vives, esos versos que pronuncias y desaparece dolor, sus caricias, sus caricias, más caricias, su roce, su sexo, su respiración, sus detalles, todo lo que sueñas, lo que vendrá y aún no sabes... ahí está todo. Y, cuando hace frío, me visto con un periódico, pero no uno cualquiera, con un periódico que escribo yo. Un traje de periódico inventado y optimista, y de corbata, esperanza, y un reloj de corazón. Voy vestido de palabras para que tú me leas mi amor.

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