domingo, 13 de octubre de 2013

Camino blanco

Paseo por mi mente dejando a un lado los recuerdos y al otro los pensamientos. Camino por un piso tan cómodo como las nubes; sé que algo va a ocurrir pero no me importa qué. Noto un viento silencioso en mi rostro hecho de susurros ectoplasmáticos. Sonrío. Un recuerdo viene corriendo a mi encuentro: es mi madre felicitándome mi décimo cumpleaños. Una pelota me da en la cabeza y el recuerdo desaparece. Me acerco al lado de los pensamientos y me siento entre ellos. Cómo he cambiado, les digo, y nosotros también, me contestan. Son pensamientos amigos, me ayudan a levantarme y me dicen, sigue por el blanco camino, sigue durante un rato, a diario, y resolverás tu destino. Sigo caminando y me doy la vuelta para despedirme de mis pensamientos, pero sin dejar de pensar en ellos. Oigo el sonido de un viento que no percibo, suena a futuro, me digo, al futuro que vendrá conmigo. Me paro, respiro hondo y me rasco el ombligo. Mi perro ladra con una pelota en la boca, me giro para verlo y me encuentro la foto de mi madre que siempre está conmigo. Bonito camino blanco, me digo, mañana volveré contigo.

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