sábado, 29 de marzo de 2014

Bailando el silencio

Esperando en una tarde sin sol. Dándole vueltas a un sentido de la vida que no encuentro, intentando recuperar el amor de mi recuerdo. Todo son ruidos: del vecino, míos, de la calle, de una obra, de un pensamiento que chilla, de un sentimiento que arde. Una chispa interna se enciende y, sin saber cómo, el silencio inunda mi mente. Mi cuerpo asciende y unos dulces movimientos de astronauta acarician el espacio de mi habitación reencontrándome con la órbita del amor. Mi piel sonríe a la caricia del recuerdo, disfruta con pensamientos internos, se excita imaginándote en mi espacio y beso el hueco que ahora estás ocupando. Bailando el silencio puedo sentir tus labios, doy unas vueltas y siento el contacto, tu contacto. Bailando el silencio acaricio lo que estoy imaginando: son tus brazos, tu cuerpo, tu rostro, tus labios. En medio de una melodía se creó un nuevo espacio, y allí estoy aposentado, bailando el silencio, observando el mundo con los ojos cerrados y, sinceramente, es una maravilla porque aquí, y ahora, estás a mi lado. Es una burbuja del tiempo en la espuma de mi vida, es la ilusión perdida que mi cerebro ha generado, es mi hado preferido que a tu lado me ha traído y, bailando el silencio, sueño que nos amamos gritando. Nadie nos oye, pero nuestro roce un ritmo ha creado, una melodía de besos recorre nuestros cuerpos, una sinfonía de abrazos ha estallado: dos personas orquestando el amor. Bailando el silencio, despacio despierto con tu sabor en mis labios.

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