
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
lunes, 31 de marzo de 2014
En el cine de la vida
Saqué mi entrada deprisa y corriendo, naciendo casi sin avisar. Al principio no sabía en qué película estaba, pero, con el tiempo, me iría dando cuenta tanto de la trama como del argumento. Me tocó el papel del último hijo en una familia numerosa, buen estudiante, tímido, curioso, interesado por casi todo lo que ocurría en la película de la vida. Las primeras escenas, las del colegio, parecían interminables, pero se acabaron enseguida y, más adelante, incluso las echaría de menos. Luego hubo alguna escena amorosa, pero ninguna resultó fructífera, resultaron ser sólo ensayos fallidos. Mis hermanos mayores dejaron la película de la familia y empezaron a protagonizar sus propias películas. Tras diversos vaivenes, mi papel empezó a coger consistencia. Hubo secuelas, precuelas, personajes que se cuelan y se descuelan. Hubo un poco de todo que suele resumirse en un nada de nada. En el cine de la vida comencé en una butaca retrasada y, ahora, parece que estoy en la adecuada. Busco nuevas escenas de amor porque ahora creo que las haré mucho mejor; la experiencia en mi papel, y la edad, todo hay que decirlo, me avalan. Tal vez esté entrando en el desenlace, aunque, quién sabe, a lo mejor se trata de un final abierto, y hay una segunda, tercera, séptima parte. Puede que la película se transforme en saga, tal vez épica, o lírica, o tan solo crónica. En el cine de la vida estoy terminando ya mis palomitas, como diría aquél. Pero siempre puedo salir y comprar más o traérmelas hechas de casa, sí, eso será lo mejor: haré dulces y saladas, y las saladas con sal de ajo y cúrcuma que, por cierto, están riquísimas. Puede también que no sea más que un intermedio, así que compruebo mi entrada, está como nueva, creo que podría volver a empezar unas cuantas veces más. Tal vez sea un cine budista este cine de la vida, y cada vez vaya haciendo de un personaje distinto. Quién sabe.
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