Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 7 de enero de 2015
La felicidad razonable
Se viste de pequeños fracasos y, también, de alguno grande. De ver, y comprobar así, nuestras limitaciones. De intentar de nuevo superarlas y, tal vez, fracasar por enésima vez. La felicidad razonable no se construye de éxitos sino de actitudes, de imaginación vívida puesta en práctica, de creaciones, quién sabe si artísticas, que no nos llevan a ninguna parte. La felicidad razonable está en un poco de amor repartido a lo largo de nuestra vida. Está en el fracaso compartido, en la derrota comentada, en el abrazo de consolación, en las risas con amigos, perdedores, comunes y vulgares como yo. La felicidad razonable es disfrutar del mundo como nadie, como sólo uno mismo puede hacerlo, con su propio cerebro, con su maravillosa máquina pensante, meditando el momento, viviendo el presente, amando ininterrumpidamente.
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