jueves, 1 de enero de 2015

Nunca está de más agradecer

La maravillosa amistad que se me profesa. La increíble atención que se me presta. El sorprendente milagro de la vida que tengo. Y tantas otras cosas. La mejor manera de agradecer es demostrarlo con amor. Redistribuir el amor en el mundo, en el universo, entre las demás personas, entre todos los seres, ya sean animales, plantas o piedras, galaxias o polvo de estrellas. Por eso quiero agradecer a mis amigos su interés, su paciencia, su comprensión, su cariñosa forma de darme ánimos, la dulzura de sus palabras; su trato, ya sea cercano o lejano; su cariño, ya sea físico o de pensamiento. Estoy sinceramente agradecido y lo estaré eternamente. Porque con su amistad mi amor crece, se propaga con más fuerza y, sin darnos cuenta apenas, la felicidad se arraiga en nuestro universo. Las miradas se cruzan comprendiéndose y no cuestionándose. Las sonrisas se regalan. El amor flota en el aire, se respira. Por eso quiero agradecer a la vida lo venido y lo que aún está por venir. Quiero agradecer al mundo esas pequeñas alegrías diarias, la frescura de una fruta en mi paladar, un encuentro tan inesperado como feliz, la sabiduría adquirida en las lecturas, el placer de conversar y reír, las caricias recibidas y las que di, el inmenso placer de haber podido conocer a cada uno de los amigos que tengo, de poder llevarlos en el corazón, de soñar con un encuentro, un abrazo, un baile, una conversación, un beso, de amarlos, de amarlos siempre.

No hay comentarios: