domingo, 10 de mayo de 2015

El mejor manipulador

Siempre es un tonto. A veces, ni siquiera él mismo sabe que está manipulando. Solo cumple órdenes. Es una mezcla de perro guardián adiestrado y correveidile y fármaco anulador de personalidades. Suele tener a gente a su mando, formar parte de una gran empresa que se forra a costa de los trabajadores, él incluido, y ser conocido entre sus inferiores jerárquicos como 'elhijoputa'. El mejor manipulador termina tomando dos tazas de su propio caldo y, cuando esto ocurre, tal vez un ligero y lejano susurro en su desierto cerebro intente preguntarse por qué, aunque, lo más probable, es que esté mirando un horizonte imaginario y estrangulando al ser vivo más cercano solo para desahogarse. El mejor manipulador comienza creyendo que todo es un juego, incluso el prójimo, busca utilidades, sitios donde archivar las órdenes cumplidas. Sus labios solo se arquean, con cierta rigidez mecánica, todo hay que decirlo, con comodines de extorsión extra. Su vida se anuló desde que se lanzó de cabeza al sistema. No hay retorno: reza su pequeño botón de autodestrucción que un manojo de pelo oculta en la parte de atrás de su cabeza hueca. Maneja el miedo en su lenguaje diario, mezcla órdenes con amenazas, los argumentos le anulan y, con rapidez, cambia de tema. El mejor manipulador huele a azufre y también a mierda. El mejor manipulador siempre es tonto y, sin saber cómo, su insignificancia acabará instalándose en tu cabeza. Haz deporte, respira con calma, medita, no dejes nunca que te salpique su influencia. Lee, pregúntate, argumenta, así es como el manipulador revienta.

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