miércoles, 7 de octubre de 2020

Plantear la posibilidad

O las posibilidades, como si de narrativas se tratase. Pero sin asegurar nada, de manera filosóficamente escéptica. Desarmemos al tajante. Indaguemos, sí, pero con una capa de duda. Y brindemos, por qué no, ataraxia para todos, pago yo. No cuesta tanto ¿verdad? Pensar es espléndido, solo hay que comenzar a hacerlo. Pensar la realidad sin dogmatismos porque la verdad siempre la poseen los mismos. Hoy en día la verdad es como el capital, se puede robar, te la pueden ocultar, o venderte mentiras como verdad. La manipulación está hecha especialmente para los que no piensan, los que desean una realidad sin esfuerzo, mascada, refrita; en definitiva, una realidad que huele a mentira. Por eso hay que pensar, porque los cerebros que piensan tienen muy poco espacio para la mentira. Y, sin embargo, tiene mucho espacio para narrativas, esos instantes de vida que explican, que nos dan a conocer, que, por qué no decirlo, que nos hacen pensar, sí, pensar más todavía de lo que ya pensamos. Porque pensar es un no parar. Duermes pensando, sueñas que piensas y, de repente, alguien dice: ¿cuándo piensas despertar? Como podemos ver, todo se trata de pensar, tal vez con ética, no, tal vez no, mejor con ética, buscando lo que importa en la vida, pensando en lo valioso, en lo realmente bueno.

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