martes, 8 de diciembre de 2020

¿Creo en lo que pienso?

Es difícl conseguirlo e incluso también saberlo. Mis pensamientos suelen ser siempre más hermosos que mis acciones. Tal vez contagiados por el mundo de lo falso, por las falsas apariencias sociales, por las falsas noticias, por la política mentirosa, hayamos sucumbido a este ciclo de hiperactuación que vivimos. ¿Pero por qué pensar en lo que no se cree? Esa actitud puede que sea el preámbulo de la falsa apariencia mencionada, Construimos estructuras de pensamientos a veces tan buenos que no somos capaces de ponerlos en práctica. ¿Pero qué nos lo impide? Si soy capaz de tener unos pensamientos debería ser capaz de creer en ellos. Mis principios no pueden ser intercambiables dependiendo de la situación. Pero, a la vez, he de tener en cuenta mi propia evolución, puede que lo que ahora pienso no lo pensara ayer, pero eso no es de lo que hablo. Hablo de tener unos pensamientos y creer en ellos. Y si cambio los pensamientos también cambiarán mis creencias. Esa es la coherencia que busco, una coherencia actual, no una coherencia con los pensamientos pasados.

No hay comentarios: