domingo, 20 de marzo de 2022

El hechizo

Voy siguiendo las notas de la melodía que mi mente genera al pensar en ti. Los recuerdos van cogiendo forma sólida, cobran vida de nuevo, invaden el presente; puede que ni siquiera sean recuerdos sino ensoñaciones recién nacidas, pero, sean lo que sean, les doy la bienvenida. Nunca hubo mar aquí aunque ahora siento su brisa y, con ella, llega el murmullo de una sonrisa, se va acercando, puedo sentirla, no es una sonrisa cualquiera pues mi corazón a más velocidad está palpitando, no puede ser pero lo es, es tu sonrisa mi amor la que mi mano está palpando, la que visto a besos mientras tu me estás desnudando. No existen los milagros, me digo, así que debe ser algo mágico y, mientras nos amamos, la melodía va dando vueltas a nuestro alrededor, nos envuelven las notas, nos sentimos mejor. En pocos minutos recuperamos el tiempo perdido y comienzo a creer que siempre he estado contigo. La melodía expulsa su dicha, cala en nosotros dos, y entre gemidos reímos, entre besos respiramos y, con la asombrosa calidez de las caricias perfectas, seguimos amándonos estancados en el tiempo, formando parte de un sempiterno recuerdo placentero.

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