Bajo la lluvia

Vamos pisando charcos y esta alegría generada no dejará huellas físicas pero tatuará mi alma. De la mano, y de charco en charco saltando, nos paramos y te doy un abrazo mojado. No son las mejores condiciones pero dices que es el mejor abrazo. Juntamos nuestros labios húmedos y tu calor en mí ya está habitando. Mi corazón se acelera, la sangre se alborota como en una carcajada, mi alma sale disparada y mi cuerpo está levitando. Un beso y fíjate lo que ha pasado, dicen nuestros ojos parpadeantes. Te acaricio un poco, sonreímos y seguimos saltando. No sabemos donde vamos aunque lo intuimos. No nos dirijimos a un sitio concreto sino a un acto. Toda fusión requiere unos pasos. Sigue la lluvia cayendo y nos importa un carajo. Un árbol nos da cobijo y ahí es donde actuamos. Tu lengua me moja y me seca, la ropa nos vamos quitando. El mundo es ahora nuestro. Un sueño cobra vida y el gozo de la alegría compartimos en nuestro acto. Yo soy tú y tú eres yo, nos hacemos uno: nos estamos fusionando. Nos comunicamos sin abrir la boca, nuestros pensamientos entrelazados. Siento que la eternidad estoy tocando. Surge música de nuestro tacto y pienso: toda la vida te estaré amando.