sábado, 30 de septiembre de 2023

Cuando no te digo

Cuando no te digo lo que pienso es porque puedes leer mi pensamiento. Cuando no te digo una sola palabra es porque tu silencio me habla, dialogo con tu mirada, una caricia tuya, un beso, me dice más que una parrafada. Cuando no te digo nada es porque te siento todo. Cada uno de tus pelos me habla, cada poro mío te contesta; nuestras manos, nuestros cuerpos, no paran de hablarse. Quiero ir más allá de las palabras. Mi amor es tan intenso que hasta en el pensamiento puedo tocarte. Los besos imaginados por mis labios han sido besados. Cuando no te digo es porque te siento a cada instante. Tu espíritu me ronda, tu alma se funde con la mía y a tu cuerpo lo sueño cada día. Para este amor no hay distancias y, a veces, ni siquiera hacen falta palabras, para este amor sólo hay alegría. Cuando no te digo te quiero es porque lo sabe el mundo entero y tú, el primero. Vuelo hacia ti, soy el aire, soy el humo, soy la estela de tus pasos, soy tu futuro.

viernes, 29 de septiembre de 2023

Sofoco

Estoy en casa escribiendo y escuchando música, como casi todas las tardes últimamente. Nos vamos acercando al otoño pero parece que ha vuelto cierto calor, el veranillo de san Miguel le llaman. Ni con la ventana abierta me siento a gusto. Empiezo a sentir cierto sofoco. Estoy desnudo, sentado, aunque con la sensación de haber estado corriendo. Se empiezan a pegar los brazos al torso y noto cierta humedad en los sobacos. Decido levantarme, subir la persiana y asomarme por la ventana en busca de cierta brisa apaciguadora que reviva mi ánimo. Inclino mi cuerpo y apoyo los brazos en la ventana para que los sobacos se aireen. Una ligera brisa se acerca y comienzo a revivir. La brisa se transforma en viento, sonrío, pero mi cuerpo empieza a zarandearse sin explicación. Mis pies no tocan el suelo, el viento me está elevando, me agarro a la ventana pero el viento sopla cada vez más fuerte. Mi cuerpo está fuera de la casa y ya sólo estoy agarrado con una mano al marco de la ventana. Mis dedos no pueden ante tanta presión y me suelto. Salgo disparado. Estoy volando, sin rumbo, ascendiendo, atravieso una nube. Otro hombre en mi misma situación su cruza conmigo y me mira horrorizado; luego se me cruza otro sonriendo y me saluda. Me dejo llevar. Si no puedo controlar la situación por lo menos voy a disfrutarla todo lo que pueda. Cada vez veo a más gente. De repente un conocido y pienso en como me gustaría encontrarme contigo. Sigo volando. Creo reconocer tu rostro. Me acerco como puedo. Sí, eres tú. Te rozo con los dedos. Te agarro, me abrazo a ti. Volamos juntos. Creamos un beso. Estoy excitado, caliente, en medio de este sofoco.

jueves, 28 de septiembre de 2023

Todo es comenzar

Estaba escribiendo sin tener muy claro sobre qué. Se me habían ocurrido un par de líneas que prometían bastante pero, como si estuviera en un autobús público y se nos acabara de cruzar un coche, di un frenazo, solté el bolígrafo y salí a ver qué había pasado. Varios pasajeros salieron conmigo. Habíamos tenido mucha suerte, dijo un joven. La verdad es que el coche y el autobús habían quedado completamente pegados. Creo que no, dijo el mismo joven. Saco un papel de fumar de su bolsillo y lo deslizo entre el autobús y el coche. Con mucho cuidado, lentamente. Los pasajeros que habíamos bajado estábamos todos pendientes del joven. Estuvo poco más de un minuto pasando el papel de fumar. Cuando terminó varios pasajeros aplaudieron. Ahora inténtalo con dos, dijo otro pasajero. No sé si funcionará, dijo el joven. No funcionó. Uno de los papeles quedó destrozado. Déjame a mí, dijo otro, soy científico. Tampoco funcionó. ¿Qué probabilidad había de que quedaran los dos vehículos a una distancia de un papel de fumar? Una entre un millón, dijo una mujer. ¿Y eso por qué, por qué no una entre diez millones o entre dieciocho, y por qué millones? Comenzaron a discutir. El científico hacía garabatos en unos papeles de fumar que le había prestado el joven. Parecían fórmulas que no entendía nadie de los allí presentes. La mujer se empeñaba en decir que siempre se había dicho una entre un millón y eso no iba a cambiar nunca, y menos ahora que era el momento idóneo de decirlo. El científico siguió escribiendo. El joven se quedó sin papeles. Los pasajeros comenzaron a subir al autobús. La mujer del millón decidió irse andando. El discutidor la acompañó, voy en esa dirección, le dijo. Y siguieron discutiendo. Subí al autobús. Me senté. Tenía un bolígrafo en la mano. Miré a mi alrededor; no había nadie, estaba en casa, solo, escribiendo sobre un autobús inexistente. Nada parecía tener sentido, pero el sinsentido ocupaba ya medio folio. Todo es comenzar.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Cada vez

Cada vez que me desnudo pienso que soy tú. Me quito la ropa despacio, acariciándome la piel mientras la ropa se desliza y me desprendo de ella. Si lo hago delante de un espejo veo tu cara reflejada en él, y mi cuerpo es tu cuerpo. Te quito la camisa con dulzura. Descubro primero un hombro. Tu pezón alegra mi vista y enseguida tengo ganas de ver el otro. Tu camisa se desvanece y florece la desnudez de tu torso. Tu ombligo risueño se cruza con mis ojos. Huelo todas tus esencias y todas me enamoran. Desabrocho tu cinturón, hago lo mismo con el pantalón, bajo la cremallera y empujo con mis manos hacia abajo. Las perneras caen solas a la carrera haciéndose un rebullo a tus pies. Te ayudo a quitártelo, liberando a tus pies de la opresión de la ropa. Te quito los calcetines y beso tus pies para que no se enfríen. Te miro sonriendo, eres el cuerpo más lindo, el cuerpo de mis caricias y mis besos, la alegría de mis ojos y la flor de mi deseo, la maravilla amada. Deslizo mis manos por tu espalda y voy bajando hacia tus nalgas, con ternura busco tu total desnudez y, poco a poco, bajo tus calzoncillos. Tu sexo asoma. Tus curvas ocultas me saludan y te abrazo. Cada vez que me desnudo te estoy amando en otro mundo.

martes, 26 de septiembre de 2023

En contacto

Sueño con tu cuerpo a diario, con nuestra unión, la imagino, pero todo esto solo ha tenido lugar en mi mente. Sin embargo, estoy en contacto con tu espíritu, lo percibo. Conozco tu estado de ánimo viéndote en una foto, aunque intentes fingir, puedo averiguar todo lo que te ocurre porque las posibilidades del espíritu son infinitas. Mi cerebro cree haber imaginado todo tu cuerpo pero la relidad es que mi espíritu, entrelazado al tuyo, se lo ha aprendido de memoria. Mi aliento se ha deslizado por cada uno de tus poros, plantando la semilla de futuros besos. Las caricias imaginadas son ahora hadas que volando van a tu encuentro, capturándote en los sueños, acelerando tu respiración, haciéndote gemir, provocándote millones de orgasmos, calentando tu cuerpo, electrificando tus pelos, erizando tus pezones que mi espíritu lame cuando sale a tu encuentro. Sigues durmiendo, disfrutando del placer en el sueño, viviéndome, nombrándome en cada uno de tus gemidos. Despiertas ardiendo y sonriendo y conmigo tumbado en tu pensamiento. Mis sábanas huelen a tu desnudez y tus labios contienen mi aliento.

lunes, 25 de septiembre de 2023

Errores

A veces pienso, hasta hace poco era muy a menudo, cuántos errores he cometido. Pero nunca pensaba en cuántos errores he corregido hasta que un día, me encontré con una amiga que no veía desde hace mucho tiempo. Son esas personas las que ven enseguida nuestros cambios y me dijo que, en ciertos aspectos, no me reconocía, que me encontraba fantástico, que los cambios que veía en mí me habían mejorado. La verdad es que me alegró bastante el día. Es bonito que valoren tus esfuerzos, por eso yo intento hacer lo mismo con mis amigos. Ahora, a veces, pienso en mi yo del pasado, en lo que ha cambiado con mi yo actual. He corregido muchos errores, pero sigo teniendo o cometiendo muchos. Pero esa es la forma de aprender. Es curioso porque hay situaciones en la vida diaria en las que a veces no me reconzco. Ya no soy tan impulsivo, recapacito más, evito el enfrentamiento absurdo, todas esas pequeñas cosas que antes respondía de otra manera, de manera errónea. Y es en esas situaciones en las que no me reconozco cuando sonrío porque me alegro de mi pequeño triunfo. La gente me mira sorprendida, ciertas sonrisas no se entienden y, en esos segundos de incomprensión, pienso en cómo hubiera actuado antes y cómo lo hago ahora, y el error diluido se transforma en sonrisa que destensa el ambiente. No sé si alguien me comprende pero todo comienza a fluir, de qué te ríes, no, nada, estaba pensando en otra cosa, digo, disculpa.

La riqueza

Nos convencen desde pequeños de que la riqueza se encuentra en el dinero y en las posesiones y no es cierto. Uno mira las caras de la gente multimillonaria, sus gestos, y no son felices. Y aún diré más, tampoco son ricos. Sin embargo, ves a gente pobre sonriendo constantemente, disfrutando del día a día, de lo que tiene a su alcance, de lo que hacen. Para mí la riqueza está en los amigos. Si tienes amigos que te quieren, si amas a tus amigos, disfrutas con ellos, de su compañía, de sus alegrías, eso es la verdadera riqueza. Hacer las cosas de la vida con amor. Disfrutando de una buena lectura, de un buen libro, donde los personajes y el autor son nuestros amigos, pues compartimos la vida juntos y la disfrutamos. La riqueza es no tener prisa, realizar actividades que nos gustan, en mi caso, leer, escribir, escuchar música, hacer la comida, pasear. Cultivar estas actividades como si fueran el amor de nuestra vida, escribiendo como una caricia, haciendo la comida a besos, abrazando la música mientras bailamos en soledad, coleccionando sonrisas y carcajadas. La riqueza está en amar lo que haces, amar a tus amigos, amarte a ti mismo y la vida. Una vida sencilla llena de pequeñas alegrías.