sábado, 10 de diciembre de 2011

Nebuloso diciembre

A unos pocos días de la Navidad el frío se intensifica y las nubes descienden atraídas por las luces que, en esta época de crisis perpetua, están tardando más en encenderse. Una crisis económica que el nebuloso diciembre no parece entender, ni yo tampoco. Porque en este mes donde el amor renace y se multiplica para extenderse por todo el año, las familias se reúnen para abrazarse y disfrutar de grandes comidas en la misma mesa, donde disputas y rencillas se transforman en turrón y peladillas, y el Gran Banco del Amor Mundial regala sus acciones en dulces porciones, en buenas relaciones, y los problemas no se olvidan, pero se aparcan a un lado, para dejar paso a nuestro hado que, con su sonrisa, nos ilumina el camino a seguir en la vida en este nebuloso diciembre. Por eso, queridos amigos, yo no quiero felicitaros un día, yo quiero felicitaros la vida.

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