martes, 14 de agosto de 2012

Si cambio el presente tendré un pasado diferente

Y cuando sea muy mayor podré contar las hazañas que ahora estoy construyendo con mi esfuerzo. ¿Pero por qué es tan importante el futuro si no existe? De pequeño me enseñaron a tener fe, me explicaron a Dios, me dijeron que tenía que quererle. De joven leí que ya no existía. Una música revolucionaria decía que no había futuro. Todos nos dábamos prisa. Y, cada cierto tiempo, crisis. De valores, económica, personal. Las crisis son los intermedios de la vida. Anuncian cambios y, a veces, no nos gustan. Lo importante es cómo salimos de estos anuncios de la vida, de estas crisis. Otra música decía qué crisis. Y ahora en este presente sin futuro busco la música que me ayude a cambiar. Rebusco entre mis discos, intento encontrar pistas en la realidad; una mosca se posa en un disco y pienso este será. Voy a cogerlo y se caen todos menos uno, y ahora pienso que será este otro. Voy dando tumbos, mi alma tropieza, una luz se enciende en algún lugar de mi cabeza y dos notas comienzan a bailar. El ritmo me resulta familiar y otras notas se acercan a mirar. Me sorprendo a mí mismo bailando una música que sólo oigo yo porque se está generando en mi interior. Si cambio el presente tendré un pasado diferente, si cambio el presente tendré un pasado diferente... es el estribillo de la música interna. Las notas que miraban, sonriendo, dicen adiós. Las dos notas que bailan se acercan. Son dos notas completamente nuevas. Son notas de amor. Son la nota tú y la nota yo.

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