domingo, 23 de diciembre de 2012

El secreto de la felicidad

Es tan simple que se nos escapa de las manos. Es tan complicado que no tiene duración, se sale del tiempo. Pensadlo bien, cómo describiríais su momento culmen. Es un estado anímico donde se está y no se está al mismo tiempo, aunque, como he dicho antes, se esté fuera del tiempo. La dicha es tal, que uno se olvida de ese invento maligno y humano que es el tiempo. También se olvida del mal, los corazones se iluminan al unísono, la armonía se expande, una música delicada y vaporosa sale de los poros y se entrelaza con la música de otros seres, también perdidos en el no tiempo. Qué es la felicidad si no la vida realmente vivida, el sentimiento sentido, la gran perogrullada por fin hallada y amada, la sintonía vital que me introduce en los corazones de los seres queridos, la placenta divina que me cobija y eterniza, la mano que me acaricia, un beso plasmado en mi alma, una dicha templada, una calma chicha, una nube bailando en el cielo al ritmo de mis anhelos, unos pájaros planeando en mis sentimientos, una gruta en tu pecho, una mirada que abrazo, unos brazos que leen mis cuentos en la piel de mi cuerpo, una ilusión que deja de serlo, un sueño vivido, un aroma que vibra, un futuro recuerdo, una lágrima sonriendo. Desde aquí, desde el no tiempo, os digo: feliz vida, feliz ser, feliz seguir siendo.

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