domingo, 16 de diciembre de 2012

Grumo

A ratos, la realidad se hace un grumo. Los embotellamientos de los coches al entrar, al salir, y en el centro de la ciudad. Las manifestaciones de gente apelmazada, gritos, desorden, protesta, falta de entendimiento o sobreabundancia del mismo. A ratos, la realidad se coagula. Los sentimientos dejan de fluir, se cuajan, no progresan. La actualidad es un grumo político; la verdad no puede entrar y salir, como los coches embotellados, la ciudadanía se apelmaza, la protesta se hace interna y tu corazón, tu hígado, tu bazo, tu lo que sea, se hacen grumos. Todo coagula. La vida se espesa. La garganta se te seca. Tienes sed. Como puedes, a través de manifestaciones y de un tráfico insufrible, consigues entrar en un bar apelmazado. El espeso camarero te ve, qué va a ser, un grumo, un grumo de naranja por favor.

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