domingo, 10 de febrero de 2013

Multiplicar

Insisten en multiplicarme el trabajo con la tonta excusa de siempre: que estamos en crisis. Con la misma excusa, pero ahora ya estúpida e imbécil (como veis todo se multiplica), abaratan el despido para crear empleo. ¿Y qué he aprendido yo de todo esto? Algo muy importante: a multiplicar. Por eso ahora multiplico mi tiempo. Embriagado por una magia inventada, con unos dogmas de fantasía inquebrantables, en cada minuto cuento ciento veinte, ciento cincuenta o doscientos, según como me dé, en vez del habitual sesenta. Con las horas hago lo propio y, con los días, lo pertinente. Lo multiplico todo. No tengo límite. En un día tengo un tesoro, una vida, mil aventuras, tiempo pa' todo. En una semana pasan dos años, en un año tengo otro mundo y, entonces, solo entonces, me mudo a él con mi tiempo multiplicado a la enésima potencia, con un amor de aquí te espero Baldomero, y, solos los dos, en nuestro mundo, sin crisis, sin despidos, sin desahucios, vivimos felices dos o tres milenios.

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