domingo, 25 de agosto de 2013

Querida belleza

¿Por qué te veo donde nadie te ve? En un suspiro, en el aliento condimentado, en el sudor, en una boñiga, en su olor. ¿Es algo enfermizo o es sólo amor? ¿Por qué cuestiono lo que nadie va a responder? ¿Soy libre ante el placer? Querida belleza, ¿me he convertido en un lunático? No, no contestes todavía. Manténme en vilo, suspendido en equilibrio, en medio de un cable estrecho, en el cielo, entre dos nubes, atravesando un arcoíris que, de tan bello, me deje ciego. No, no contestes, no hace falta, yo mismo lo veo. Querida belleza, el amor me ha desbordado. Se ha expandido, entró en mi corazón y ha estallado: la cordura en mil pedazos. Por eso te veo donde nadie te ve, querida belleza. Soy república y me cago en la realeza. República de palabras, de amor locura, belleza inquieta.

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