domingo, 2 de enero de 2022

A veces, las circunstancias

Te están diciendo que no has amado lo suficiente, que no le has dado toda la importancia debida al amor, que en tu vida diaria pasaba desapercibido porque creías que en cuaquier momento podría estar ahí, podrías conseguirlo, buscarlo. Pero, de repente, unas circunstancias extremas aparecen. Crees que van a durar poco tiempo, pero, sin embargo, se extienden en él. Y, como se suele decir, cuando careces de algo, es cuando te das cuenta de cuanto lo necesitas. Estás desorientado, quieres y no puedes, pero sin dejar de resistirte a la nueva situación, te vas acomodando, aclimatando, entre queja y queja las nuevas costumbres van tomando forma, haciéndose un hueco. Y mientras los cambios se van aposentando, a veces, las circunstancias deciden enseñarte cómo puedes seguir amando. Los pequeños detalles de antaño, tras varias mutaciones, vuelven a aparecer reconvertidos. Las palabras han adquirido intensidad, las miradas, solidez; las distancias se reducen a golpe de tecla y la vida virtual empieza a parecer natural. Las frases se bañan en cariño, se reparten con dulzura y, tras una pequeña conversación, el alma supura deleite, cierta viscosidad placentera nos envuelve. A veces, las circunstancias nos insinúan el amor en los nuevos actos cotidianos, nos abren los ojos y el corazón, y, de una u otra forma, nos hacen querer al ser humano.

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