Y si te dijera...

...que sé cuando las palabras son verdaderas. Reconozco el amor en la distancia. Hay personas que dicen que es imposible, que se tratan solo de caprichos, de deseos efímeros. No es mi caso. Tal vez cada uno hable desde su experiencia personal. Desde la mía puedo decir que descubro el amor que, evidentemente, puede ir acompañado de deseo, pero, el amor, como la mayoría de cosas, requiere tiempo, voluntad, esfuerzo, asumir el dolor, y el amor en la distancia produce más dolor pero a la vez es más auténtico. Más dolor porque uno quiere sentir el contacto, abrazar, acaricar, besar, pero más autenticidad porque a la vez se puede hacer todo eso pero con palabras. Y las palabras de amor generan expectativas, voluntades de achicar distancias, posibilidades de encuentros, de descubrir si el amor que surgió sigue vivo o se desvaneció en el tiempo. Y si te dijera que te amo como nunca he amado a nadie, que en sueños he sentido tu olor, tu sabor, y, al despertarme, perduraban en mi cuerpo. Y si te dijera que las yemas de mis dedos conocen todas las partes de tu hermoso cuerpo, que mi lengua ha recorrido tu boca, tus pezones y tu ombligo, y conoce todos sus recovecos. Y si te dijera que ese pequeño escalofrío que ahora estás sintiendo es porque nada invento, que cuanto más placer sientes al tocarte es porque se trata de mis dedos, y si llevas un dedo a tu boca es mi sabor el que estás sintiendo. Hace falta valor para sentir el amor que estoy sintiendo porque lo más revolucionario que hay en esta vida es amar, aventurarse a querer porque el amor es una aventura, la única y más importante que hay. Y si te dijera que el amor es más fuerte que la muerte te darías cuenta de que mi amor es eterno.