domingo, 1 de octubre de 2023

La costumbre truncada

Uno se acostumbra a muchas cosas. Muchas veces sin saber por qué, pero así es. Se generan hábitos que al final repetimos sin darnos cuenta, por inercia. Como ocurre con las redes sociales, por ejemplo. Y si a alguien se le ocurre perturbar nuestra costumbre nos enfadamos. En las redes sociales a veces se cometen errores, hay denuncias, por envidias, por salirte de las normas, por lo que sea. El caso es que, de un día para otro, ves tu costumbre truncada. No puedes subir tu foto, o tu vídeo o tu texto o lo que hagas o subas allí. Al principio crees que algo va mal, no puedes entrar en el sitio de siempre. Después sale un mensaje que te sorprende; primero te enfadas pero terminas aceptándolo. La injusticia aparente, la costumbre truncada se transforma en la oportunidad de leer más tiempo, de pasear, de escribir, de tener una vida con más iniciativa. Así que en el tiempo que dedicabas a la costumbre truncada haces todo lo demás, el día se alarga, el tiempo se multiplica, puedes hacer muchas cosas y descubres el verdadero potencial de cambiar de costumbres. Muchas de nuestras rutinas deberían tener un límite. Estar solo unos minutos delante de las pantallas y tampoco todos los días. Disfrutar de la amistad y el amor verdadero, relacionarte con quien quieres hacerlo y no por una cantidad de 'me gusta'. Pensar que cada día es una oportunidad para la vida, para crecer, para amar, no para repetir de forma mecánica un ritual con redes sociales a través de una pantalla que nos domina, que nos solicita material, sonrisas falsas, que quiere que nos mostremos como no somos para que nos envidien los que nosotros envidiamos. La costumbre truncada es el gusano y la mariposa, la oportunidad.

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