viernes, 14 de diciembre de 2007

¿Somos la unica especie pensante del planeta?

Primero tendríamos que averiguar qué tanto por ciento de la especie posee dicha característica. Nos asombraría, a la par que entristecernos, descubrir que ni siquiera llega al uno por cien, pero, por lo menos, algo nos queda. ¿Por qué? Porque la inteligencia intimida y desencadena la agresividad de quien no la posee o está menos dotado, porque genera dudas constantes, plantea problemas que resolver y resulta fatigoso. ¿Y hasta cuándo seremos esa única especie , en quién o qué delegaremos la inteligencia para que piense por nosotros? El hombre de la sociedad industrial moderna es disuadido de pensar, transformado en una pieza de una sola función, educado en deseos impuestos por sistemas de condicionamiento se transforma en un auténtico imbécil, pero triunfa. Pensar requiere tiempo y no suele estar remunerado (recordad esa famosa frase dicha por algún compañero de trabajo: no te pagan por pensar). Delegamos en ciertas personas casi todas las tareas, en políticos para que nos gobiernen por ejemplo, la mayoría de las veces imbéciles porque siempre fracasan (o mienten) pero no hay otros. Porque en el momento que sale algún genio que parece tener la solución para cambiar algo a mejor de forma inteligente, nadie le entiende o se le aniquila, y no sólo en política. Algunas veces esos genios consiguen sobrevivir, pero se les mantiene alejados del entorno del resto o se les observa como una atracción circense: el listo, pasen y vean, por primera vez en su vida un hombre inteligente. Pero los papeles están invertidos, el hombre inteligente está solo, abocado a una extinción inminente, y todo lo demás, el circo: EL GRAN CIRCO IMBÉCIL DEL MUNDO. No pasen, están ya dentro; sólo es menester un espejo. Un único objetivo: Dédalo* debe morir.

*(Dédalo representa la inteligencia creativa, el genio volcado siempre en nuevos proyectos).

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