lunes, 31 de marzo de 2008

Buenos días princesa

Te respiro en la red y te sentaría en mi mesa, eres el alma que no pesa, pues sabes que con tus pies en mis párpados podría pasar la sobremesa. Buenos días princesa te augura tu servidor, para nada informático, para ti tierno adulador. ¿Puede esta química que me embarga haber sido transportada por banda ancha diseñada para que haga esta nueva entrada y certifique mi amor? ¿Quién hay en esa ventana, quién aletea por Dios? Un estornino se acerca, y los reflejos verdes en su plumaje negro transmiten a mi cerebro un futuro mejor. ¿Quién te manda estornino, ha sido Dios? ¿Quién ha creado este milagro en que nos vemos inmersos los dos?

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