sábado, 29 de marzo de 2008

Virus contra paciencia

Estaba la paciencia aposentada sobre mí, esta vez había tomado la forma de una fina película de sudor con imágenes grabadas de un futuro mejor, cuando, a través de mi portátil, me inoculan virus de fin de milenio reciclados y vendidos como nuevos sólo por el medio de transporte que utilizan: internet. Queridos propagadores de virus: enlatarlos no os hace diferentes. La enfermedad, que recibe a los virus y los propaga, ahora, sois vosotros. Ahí reside el peligro de manipular virus y propagarlos. No importa como seáis, vuestra vida fuera de internet se convertirá en una pesadilla cada vez, por ejemplo, que un resfriado llame a vuestra puerta. Porque las enfermedades físicas también navegan por la red y detestan a los virus informáticos y sus propagadores. Por eso, por ejemplo, las gripes están cambiando de formato, ya no valen las mismas vacunas, reaparecen enfermedades del pasado y algún imbécil le echa la culpa a los emigrantes. No, querido imbécil, han venido solas a por ti, por propagar un virus en mi portátil que me ha quitado la paciencia de golpe, estirando la fina película con rabia y arrancándome a la vez la piel, quedando en carne viva toda mi vida.

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