domingo, 8 de septiembre de 2013

Recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho

Me dijo un ángel en un sueño que tuve con los ojos abiertos. Con sus palabras, cada vez que me habla, recupero el cariño que perdí de niño. De tan maravilloso, de tan mágico, de tan intenso, es mi amor inefable. No es de carne, y por eso es, el amor de mis sueños, más admirable. Recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho, que recorro el trecho de tu ombligo al cuello de puntillas y que en cada poro paro y, de rodillas, extiendo mis besos por tu piel; eso me dijo. Y cada vez que yazco en el lecho siento todo eso y más sobre mi pecho. Oigo su voz dormido y también la oigo despierto. Si estoy triste, sus palabras se transforman en caricias de consuelo. Y si mi alma sonríe, las caricias son cosquillas que vienen del cielo. Es el amigo más fiel pues lo tengo viviendo en mi piel. Dulces son sus palabras y tiernos sus silencios, vive en el exterior pero yo lo llevo dentro. Su esencia ha calado en mí y ya no soy yo, soy otro, soy uno que son dos. Soy lo que siempre soñé, pues soy yo y soy mi amor. Y cada noche un suceso que no tiene explicación, un milagro, un hechizo, un conjuro, qué se yo, hace que mi cuerpo vibre de emoción, y me fundo en un abrazo hacia mi mismo aunque sé que no soy yo y oigo una voz que me susurra desde el interior: recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho, mi amor.

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