Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 1 de diciembre de 2013
La música de los recuerdos
Es de lo más variada. Es la auténtica máquina del tiempo. La misma tonada te lleva desde el presente al pasado, los mismos ritmos te salpican de futuro. Uno se ve crecer en las melodías; la música de los recuerdos, como el aire, son mis amigos y me acompañan todos los días. Y, qué curioso, la música clásica es la que más al futuro me lanza, es la música que genera recuerdos antes de tiempo. La música inunda el paisaje y todo lo habita, pero a la vez es una ola que también es tiempo y que me zarandea con su vaivén, por eso el pasado vuelve entre notas, con armonías de futuro, dando ritmo a un presente que agoniza y no se agota. La música de los recuerdos me transporta igual que al derviche su baile, y a la vez que me pierdo me encuentro. Es un viaje interior donde el mareo te lo provoca estar quieto. El cuerpo está parado pero el corazón da un vuelco. Las emociones palpitan. Los recuerdos hablan, giran, bailan. La ola del tiempo me envuelve y la espuma musical me recuerda quién soy y de dónde vengo. La música del recuerdo, sin yo saberlo, me dice también a dónde voy, a dónde llegaré si consigo ser el que siento.
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