sábado, 7 de diciembre de 2013

Todos los días

Se me ofrecen veinticuatro horas para sonreír. Cada hora tengo sesenta minutos para ser feliz. Cada minuto tiene sesenta segundos para aprender a vivir. Y en cada segundo puedo pensar en ti. Pensar en ti, mi amor, y sonreír. La sonrisa me hace revivir los maravillosos recuerdos que viví. Renace así la felicidad que, asombrosamente, vuelvo a vivir en la actualidad. Todos los días despierto con un único plan: amar. Y la mejor manera de compartir el amor es con sonrisas. Voy saltando de charco en charco, si hace falta, si así consigo hacer brotar tu sonrisa. Y si más feliz te hace que de nube en nube sean mis saltos, pues eso hago. Tengo veinticuatro horas para hacerte feliz cada día. Tengo un millón de sonrisas que son la misma que cada día te regalo. Tengo mi amor a flor de piel cuando estoy a tu lado. Y al verte mis ojos sonríen. Y mi alma es feliz solo de tenerte en el pensamiento. Cuando canto eres la voz, cuando escribo eres la alegría del párrafo, cuando respiro, el aire que sonríe a mis labios. Es tu sabor el que siento en mi aliento y sonrío de puro contento. Y cuando me siento perdido sonrío como un crío en medio del llanto y disipo el espanto de no estar contigo. Tengo toda la vida para hacer sonreír a mi corazón a cada instante. Tengo tu sonrisa en mis labios. Tengo el beso y el abrazo, y tu felicidad en mi regazo. Y todo lo que tengo es tuyo y con amor te lo mando. Todos los días.

No hay comentarios: