viernes, 23 de mayo de 2014

Revelación epifánica

Al igual que leemos entre líneas, hay que ver en los huecos, rasgar la nada, ver qué contiene el vacío o lo que suponemos que no es, contemplar la grieta del átomo, ir más allá estando aquí y viceversa, volver sin haberte ido. En definitiva, escuchar el silencio, acariciar lo imposible aunque queme y, si arde, sentir su frío. Columpiarse con espíritus, hacer que lo sobrenatural sea divertido. Presa de una revelación epifánica he sido, lanzado al espacio sin moverme del sitio. Y si amo lo que no tengo por qué no soñar lo infinito. Me introduzco en la grieta del oráculo, me zambullo en la porosidad del alma y veo que soy el amor que venero pero la praxis me huye. Impertérrito, busco un contigo y espero.

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