domingo, 13 de julio de 2014

Mi madre murió

Hace unos años. Pero sus frases anidaron en mí, reposaron, compartieron mi dolor, crecieron a su manera, y ahora, me sorprendo al pronunciarlas como si siempre hubieran sido mías. Mi madre murió, pero sus consejos están tan vivos y son tan prácticos que tañen como campanas de atención cada vez que pienso buscando una solución. Mi madre murió, y ahora me descubro escuchando las canciones de su gusto, tarareando sus preferidas, haciendo sus heridas mías, dibujando en mi rostro sus sonrisas. Mi madre murió para el mundo pero sigue viva en mí cada segundo. Y si veo una flor de su agrado percibo en su fragancia un cosquilleo, mi piel responde con un pequeño escalofrío, oigo a lo lejos desde el interior un hijo mío, siento que está aquí a mi lado, siento que nunca se ha ido. Mi madre murió, pero, entre lágrimas de alegría, sigo jugando con ella como si fuera un niño. Mi madre murió dicen, pero a mí no me engañan.

2 comentarios:

Tourangeau dijo...

Que impresionante, gracias por lo que publicaste, añadiste belleza y esperanza en este frío día por acá. Un abrazo gigante

neomaño7 dijo...

Recibo tu abrazo gigante con verdadera alegría y te agradezco de corazón tu maravilloso comentario. Y te deseo no sólo feliz domingo sino feliz vida.