Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 19 de septiembre de 2015
El columpio
Hoy me acuerdo de todas las veces que me subí a un columpio, de esa libertad voladora, de los sueños que inspira, de las alegrías que provoca. De niño creía que aunque saliera disparado el columpio por esa fuerza loca, siempre habría unos brazos para sostenerme, que volaría por el aire contemplando el mundo, planeando igual que un pájaro, saboreando las nubes con mis labios, y que aterrizaría en unos cómodos brazos que me recibirían con un cálido abrazo. Ahora, ya mayor, sé que esos brazos imaginados son los tuyos mi amor. El columpio de la vida me llevará hasta ti, y, después de tanto vaivén desaforado, acabaré a tu lado y, con la inercia del movimiento aún en mí, bailaré contigo un rato, celebrando este encuentro miles de veces imaginado, seguirá el vaivén pero ahora entre tus brazos estrechado, seguirá el columpio moviéndose en el corazón, seguirá moviéndose cada vez que mis labios rocen tus labios.
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