martes, 15 de septiembre de 2015

Puede

Que las metas que me he marcado no sean las correctas. Puede que el amor con el que sueño no exista. Puede que los sueños que me activan cada día no sean más que fantasías. Pero también puede ser que las metas que me he marcado requieran voluntad, constancia y tiempo. Que el amor con el que sueño aún no tenga dueño, que aún no haya despertado, por eso tal vez no está a mi lado. Que los sueños que me inspiran requieran más valentía para poder atravesar la frontera hacia la realidad, llamar a mi puerta y decirme que, aunque la verdad cuesta, que aunque la esperanza es alargada y que aunque de ilusiones están llenos los corazones, los sueños bien gestados siempre alcanzan la meta del que los ha soñado. Puede que mi amor soñado, un día, durante un paseo de rutina, me diga al oído que la vida no se construye de triunfos sino de sencillas alegrías.

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