jueves, 11 de diciembre de 2025

Los síntomas

Brillan mis ojos cada vez que te veo, incluso sólo pensándote, mi alma sonríe. Allá donde voy siento tu presencia. Tu voz me desnuda y me viste al mismo tiempo, es como el sonido de una caricia, como una brisa galvanizadora que me alegra el día. Tengo tu cuerpo memorizado y, sin haberlo tocado, conozco tu tacto, tu sabor, tu olor, la suavidad de tu contacto. Los besos soñados se hicieron realidad y los tengo guardados en mi corazón. Los saco a diario para que se den un paseo por mi piel, para que tus labios me hablen a través de ellos. Pienso constantemente en besarte, acariciarte, en un abrazo interminable, en un amor continuo y agradable y, entre beso y beso, lo que más deseo es cuidarte, escucharte, contemplarte, sentirte cerca, compartir el silencio, el horizonte, la vida. Paseo contigo por los parques de mi imaginación, escuchamos música, comemos, nos damos un chapuzón, en la piscina o en la playa, hacemos el amor lentamente pero con mucha pasión. Siento tus dedos recorriendo mi piel, tus gemidos son la banda sonora de mis momentos de placer que aparecen siempre que te pienso, cuando te sueño, cuando cierro los ojos y te veo desnudo en el centro de mi corazón.

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