domingo, 24 de julio de 2016

¿Veis lo que hago?

Estaba a punto de entrar en el salón cuando ralentice el paso, sin llegar a frenar en seco, para no romper la armonía de la vida, cuando vi a Papá sacar un pañuelo de papel hecho una pelota arrugada del bolsillo de su pijama de verano, agarrarlo por una punta y comenzar a sacudir, mientras el perro observaba atento todos estos movimientos que formaban parte de un ritual diario supuestamente secreto, trocitos pequeños de la comida del mediodía llovían de esa nube de papel sacudida por el viejo, el perro se relamía mientras yo pensaba en la futura diarrea que iba a provocar todo esto, en que, al intentar recogerla, posiblemente la bolsa de plástico se rompería y mis uñas se quedarían barnizadas de mierda de perro por dentro. Cuando terminó el ritual entré en el salón con mi padre ya sentado en el sillón e hipnotizado por el televisor y sus adictivos deportes, y el perro relamiéndose, dispuesto a beber un poco para terminar tumbado en el suelo hecho un nudo, con una pata trasera levantada y chupándose la verga con fruición, con esa mirada que te dice a la cara ¿veis lo que hago?, pues vosotros no vais a poder hacerlo nunca.

domingo, 10 de julio de 2016

La construcción

Tengo los materiales a mi alcance y también el poder de la elección y me esfuerzo por poseer una buena voluntad. Voy a construirme a partir de mis actos y, como cemento, escojo el amor que une mucho más que el placer y la seducción, aunque no descarto ninguno de estos materiales para adornos y pequeños detalles de la construcción. Las puertas se abrirán para la amistad y la sabiduría, a cualquier hora, todos los días. Las ventanas inundarán de naturaleza la construcción, visual y sonoramente, invitando también a sus maravillosas fragancias, propiciando, unas veces recuerdos y, otras, momentos creativos. La construcción tendrá la forma de todo lo que pueda imaginar, realizar y amar, la forma de lo que quiero ser; cada acto será un ladrillo, un poro al que amar, una página de mi libro vital a compartir, que puede enseñar y aprender, pues son páginas vivas que crecen a cada momento y en cada contacto. La construcción palpitará con cada encuentro y absorberá conocimiento de cada relación, como una esponja, para poder devolver con gratitud todo el saber adquirido. No voy a poder hacerlo solo, hará falta ayuda, obreros, que, más que con su trabajo, con su apoyo, con su comprensión, sus abrazos y sus besos, ayuden a que cierta perfección inalcanzable esté más cerca de la construcción.

lunes, 4 de julio de 2016

Me quedé

En tu mirada a vivir, retozando en tus pupilas, dando besos al horizonte de tu cielo, mi cielo, mi amor. Me quedé entre tus labios a sentir el dulce baño de tu lengua, chapoteando en tu boca, nadando hasta tu corazón, donde me quedé embelesado por el ritmo de tu latido que hice mío. Me quedé vagando en tus pensamientos, paseando con tus recuerdos, coleccionando tus risas, pintando tus ideas más bonitas con mis caricias, rozando con las yemas de mis dedos tus futuros besos que repetían mi nombre y, como en un sueño, me quedé flotando no se sabe dónde, desnudo, con tus manos como único ropaje de este mi más lindo viaje, me quedé bailando con tus poros y con tus pelos en mis dedos me quedé conversando de todo un poco, con palabras, con caricias, con miradas, todo valía, incluso el silencio, y, poco a poco, a paso tan lento que estábamos quietos, a vivir en tu cuerpo me quedé.

sábado, 4 de junio de 2016

¿Para qué me sirve ahora mi alma?

Después de sufrir lo insufrible, no porque se tratara de mucho dolor, sino porque el orgullo, ayudado por las circunstancias, generó un dolor que nunca debiera haber existido, después de sentirme inquieto por la duda que, con el tiempo, ha pasado a ser una gran amiga y, tal vez, una de las pocas certezas de mi vida, después de todo esto y alguna cosa más, en mi alma ha salido el arcoíris de la armonía: la serenidad del alma todo lo cambia. ¿Para qué me sirve ahora mi alma? Para ver, para sentir, para ser feliz, para cantar a la vida con estupenda calma, para aprender que las cosas terminan, para... En fin, para todo mi alma.

domingo, 29 de mayo de 2016

El beso

El beso que no te pude dar, el beso olvidado, el beso de un muerto, el beso tímido, el beso dormido, el beso del arte que en silencio y desde el alma voy a darte. El beso lanzado al aire ciertos átomos transforma, el amor se reescribe en el cielo, sus esencias penetran en las nubes que se entrelazan como dos sensuales cuerpos que producen amor hasta de lo incierto. Las nubes crecen, los besos se multiplican como gotas y el beso que no te pude dar está a punto de llegar. El beso olvidado ha sido recobrado por un magnífico hado. El beso de un muerto revive, aparece de sus cenizas, más tierno, más dulce, envolviendo todas las pequeñas brisas. El beso tímido, el beso no pensado, el beso que he creado, todos salen ahora de las nubes, en esta mágica lluvia que el mundo había demandado. Tormenta veraniega de besos y a todos nos ha calado. Por fin la gente sonríe y se regalan abrazos. Tengo la piel caladita de los besos que nunca me diste, de los que pensaste y no pudiste. Voy chorreando tus besos, el mejor, el más largo, el más dulce, el beso recién hecho, tu beso mojado.

viernes, 20 de mayo de 2016

El hombre del gran amor

Tiene que venir de tu interior y está junto al niño que fuiste que mira atento un sumidero por donde se le escapó la ilusión. El hombre del gran amor tiene tu sonrisa en otro rostro y su mirada es la voz de tu corazón. Sin tú saberlo, ha estado siempre ahí, a tu lado, en esos días que pasaban como hojas en remolinos, rápidos, repitiéndose, sin apenas sentido, llenos, como quien dice, de mudo vacío. Y un día, un chasquido del destino pone las cosas en su sitio. Unos ojos sonríen con tus labios, un sueño se ha hecho carne y está hablando a tu lado. Sabes que siempre ha estado ahí; te agachas, miras al suelo, sonríes y ves el sumidero brillando. En un charco que no existe estás tú de niño chapoteando, saltando, dando vueltas, cantando un estribillo que repites hipnotizado: el hombre del gran amor seré tarde o temprano.

jueves, 5 de mayo de 2016

Y qué más da si somos máquinas

Cuál es la diferencia entre chatarra de carne y persona humana. ¿Y la primera máquina con obsolescencia programada? Somos nosotros, qué curioso. Hemos barnizado el egoísmo de sentimiento creyendo cambiar las cosas. El propio sentimiento (senti-miento) ya nos auguraba desde su comienzo el actual síndrome del auto engaño. Siempre hemos querido marcar la diferencia ante el resto de máquinas con palabrería como humanidad, amor, alma, más allá, divinidad... y no somos más que máquinas de sangre y huesos. Máquinas que adoran el sexo, pero que pierden más tiempo hablando de él que practicándolo. Máquinas conectadas a través de maquinas en el único mundo real, el virtual, el aparente. Máquinas empaquetadas a la moda que necesitan una recarga casi constante de líquido, alimento y sol. Máquinas que hablan y hablan sin decir nada. Máquinas que se preocupan de chorradas y que hablan de otras máquinas, y sueñan que son otras máquinas más sofisticadas, máquinas que ya no tienen que hacer nada, máquinas que se empolvan queriendo y sin querer, máquinas que sueñan polvos y sueños que hacen polvo a las máquinas. Máquinas de sangre y huesos, eso somos. Solo eso.